Cuando nos bajamos del auto Sebastián me cargó en su espalda, no parábamos de reírnos al ver la expresión de Jessica cuando lo vio, los dos corrieron a abrazarse como una pareja que no se veía en años. Ahora éramos los tres contra el mundo, todo fue risas hasta que Jessica decidió contarle sobre la profesora.
-Me dueles.-Dijo Sebastián como si estuviera a punto de llorar-No sabes cuánto.
-Deberías meterte en el grupo de teatro. – Lo golpee en el hombro. – Tienes potencial
-Eso es más que obvio primor.-Dijo mirándose en su espejo color rosa con un grave exceso de brillos. -Y dime ¿tiene dedos largos nuestra querida maestra?-
-¿Por qué carajos todos preguntan eso?
-Hoy lo sabrá o mejor, los sentirá.-Jessica alzó una ceja.-En la tarde irá a su casa para unas clases particulares.
Sebastián soltó un grito agudo que asusto al chico del casillero continuo
-¡Me encanta!-Dijo mientras se ventilaba con la mano derecha.-Debes seducirla.
-¿Cómo?
-Cuando terminen a clases iré a tu casa para ayudarte a elegir la ropa con la que iras
-Por dios, dejen de exagerar solo es una clase.
-Eso dijo mi profesor de matemáticas- Alardeó Sebastián mientras hacia una mueca muy graciosa.
-¿Tuviste un romance con un profesor?-Pregunté incrédula.
-Me ofendes.-Dijo mientras fruncía el ceño.-No sólo fue uno, pero el último era el mejor.
-¿La tenía más grande?-Preguntó Jessica divertida.
-Por dios...si. -Dijo Sebastián mientras hacia una mueca de orgasmo
-Dios mío.
-Eso dije cuando la sentí adentro. –Respondió riendo.
Jessica no paraba de reír, a lo lejos divisé a Valentina, estaba tan embobada mirándola que no pude reaccionar cuando Sebastián me levantó y me puso por encima de sus hombros.
-¡Bájame!-Grité. Mientras reía sabía lo que quería lograr.
Valentina pasó analizando la situación, hizo un gesto de saludo y se metió directo al salón.
-¿Enserio crees que con eso la pondrás celosa?-Pregunté.
-Compruébalo tu misma.-Dijo Sebastián antes de irse con Jessica al baño.
La primera clase era arte, así que decidí continuar lo de la clase pasada, saque mis cosas y me dedique a concentrarme de lleno en el boceto. Valentina estaba sentada en el escritorio con las piernas cruzadas, hoy llevaba una camisa manga larga algo floja blanca con muchas flores, unos jeans ajustados los cuales dejaban ver su hermosa figura, y unos converse. Su cabello estaba recogido pero unos mechones le cubrían su rostro.
Era la más joven de todos los profesores y la más hermosa. Ya estoy poniéndome cursi, como odio eso...pero es inevitable, al menos con ella.
-¿preparada para hoy?-pregunto Valentina
-Claro-respondí sin mirarla
-Espero que todo salga bien-dijo en tono preocupado
-¿A qué te refieres?
-Es que me preocupa no ser lo suficientemente buena-respondió cabizbaja
-Debes creer en ti
-¿Cómo?
-Dándote cuenta lo importante que eres y siendo consciente de que eres una excelente profesora, a veces no somos capaces de ver cosas buenas en nosotros mismos, pero yo estaré ahí para recordártelo
-¿Por qué dices eso?-pregunto curiosa
-Solo me gusta ayudar a las personas, es todo
Ella me miraba fijamente, sus ojos color miel brillaban y en sus labios se formo una sonrisa sincera llena de alegría, se acerco a mí, puso su mano sobre la mía y la acaricio lentamente
-Gracias –dijo y se fue de nuevo a su escritorio
Me gustaba mucho su contacto era suave y fugaz, a pesar de que no sucedía muy a menudo, tenía el poder de hacerme sentir bien, estaba empezando a sentir algo, no sé si era amor o deseo, pero se sentía condenadamente bien. Es cierto que a veces nos enamoramos de personas que nunca podemos tener, pero el amor vale la pena, todo vale la pena si tenemos a alguien que nos hace sentir en casa, que nos toca descaradamente con una sola mirada y nos hace soñar aun estando despiertos, esas son las personas que valen la pena, las que lo valen todo.
Era fiel amante del lenguaje entre almas, entre mundos y universos, cuando un alma y otra se conectan mediante un lazo invisible e inquebrantable, cuando sientes esa comodidad inexplicable a su lado y no deseas nada más que su compañía, eterna y serena, solo hace que todo sea mejor.
La clase pasó rápido, fue demasiado divertida, Valentina hizo algunas bromas que muchos no entendieron, solo aquellos que tenemos ese mismo humor algo ilógico y cargado de ironía reímos, al salir me despedí de ella y dijo que me estaría esperando.
Estaba demasiado nerviosa, no quería hacer el ridículo frente a ella, con mi desastrosa pronunciación, mis manos sudaban pero debía tranquilizarme lo cual era casi imposible ya que seguía el dichoso examen de química.
El examen fue una mierda completa, no entendí casi nada, la química no se me da nada bien, por más que tratara era siempre igual terminaba muy enojada, frustrada y sin ganas de nada.
El resto del día paso muy rápido, a la hora del almuerzo no pude estar tranquila, estaba demasiado estresada Jessica y Sebastián no paraban de preguntarme si estaba bien, no soportaba mas eso así que Salí al parque cerca al colegio, estaba hecha mierda, eran esos días, esos terribles días en donde la ansiedad y el pánico se aprovechan de mi.
Me recosté en un árbol, cerré los ojos y trate de calmarme, no sé cuánto tiempo había pasado, fue un suave tacto el que me hizo volver a la realidad.
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Serás Mía (primera parte)
Novela JuvenilLa clase de arte y francés, le encantaban al igual que su profesora. Una historia de amor, deseo y mucho sexo, demostrando que a veces lo menos esperado, sucede de una forma maravillosa ¿Sera solo una más de sus alumnas ? o ¿el amor de su vida ?