Capitulo #38

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-¿Quién va?-pregunto Felia irritada

-Piedra papel o tijera

-Uhg, ya voy yo

Abrí la puerta, eran nuestros padres

Deje que pasaran, las cuatro nos miramos confundidas.

-¡Nos vamos de campamento¡-gritaron animados

-lo que faltaba-dijo Krysta para seguir comiendo

-oh vamos chicas-dijo mi padre- será una experiencia hermosa, el contacto con la naturaleza, la paz, la armonía

-Los bichos, sin internet, alta probabilidades de morir gracias a los osos-dije cruzada de brazos

-Cariño no seas tan mala con la naturaleza-dijo mi madre sonriendo

-Jessica-suspiro el ama de llaves-los brownies que dejaste estaban exquisitos

A Jessica se le borro la sonrisa en segundos, comenzó a reír un poco.

-¿Enserio?-pregunto sonriendo-me alegra mucho

-Iré a hablar con la madre naturaleza-dijo sonriendo-les deseo una bonita vida

El ama de llaves se fue tirándonos un beso a todos, al salir saludo a la flor del jardín.

-Ella es muy espiritual-dije asintiendo tratando de parecer calmada-¿Cuándo nos vamos?

-¡Oye¡-reclamo Felia- ya estaba pensando en hacer huelga

-Sabes que de todas maneras tendremos que ir-reí pegándole un poco en el brazo

-Vamos Sara-dijo Mi padre sonriente-Debes empacar

Recogí mis cosas y salimos rumbo a mi casa, en el camino hablamos de cómo había estado la noche. Aliste todo lo necesario, ropa, dos repelentes, la carpa, cepillo de dientes comida.

Baje corriendo por las escaleras, tenía un jean gris con algunos rotos, una camisa blanca, unos vans y una chaqueta gris.

Mamá y papa estaban subiendo todo al carro, se les veía animados, a veces tenemos que tratar de hacer cosas diferentes, hacer cosas por los demás, compartir con las personas que valen la pena, por que netflix seguirá ahí, facebook, instagram, twitter y tumblr también, nos pasamos tanto tiempo en un mundo virtual, que nos perdemos de demasiadas cosas que nunca se vuelven a repetir, la clave está en tratar de encontrar un equilibrio.

Cada familia iba en un auto, Jessica y yo nos hacíamos muecas desde las ventanas, Felia y Krysta estaban cantando animadamente, al parecer no sería tan malo después de todo.

La cabaña era de Franciszka, la había heredado de su padre al morir, era demasiado grande, pintoresca, se veía acogedora, todos ayudamos a bajar las cosas de los autos.

Había una chimenea, la sala de estar era gigante, la cocina color blanco y azul demasiado cómoda, el piso estaba alfombrado, las ventanas eran anchas y tenían una vista espectacular al espeso bosque.

-Traje juegos y un montón de cosas más-dijo Franciszka-bien chicas ustedes pueden elegir la habitación grupal o una individual.

-Grupal-dijimos las cuatro al tiempo

-Vaya-sonrieron-al parecer se llevan muy bien

Las cuatro sonreímos, sabíamos que haríamos muchas locuras, que nos desvelaríamos, contaríamos historias tristes, alegres y de terror.

Creo que una de las cosas más aterradoras y hermosas de la vida, es que no sabemos qué va a pasar, así que lo único que queda es vivir el presente o al menos intentarlo.

Serás Mía (primera parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora