Serás Mía (primera parte)

Capitulo #4

Respondí la llamada

-¿Hola?

-Soy Valentina, tu profesora.

-¿A qué debo la llamada?

Valentina: Quería comprobar si en verdad era tu número

-¿Por qué?

Valentina: Vaya...que curiosa-dijo mientras reía.

-No se imagina cuánto- Las palabras salieron sin filtro alguno de mi boca.

Valentina: No tengo problema en hacerlo pequeña, el jueves te estaré esperando en mi casa.

Y colgó, me dejo ahí perpleja, sin saber que hacer o pensar, en ese momento me di cuenta que poco a poco estaba cayendo por ella ¿debería parar esto? O ¿acelerar aun cuando se que me voy a estrellar? Como una buena persona que medita acerca de los problemas, elegí la segunda

Siempre que me encuentro en situaciones así, trato de mostrarme calmada y confiada, pero la verdad es que estoy demasiado ansiosa. Eso suele suceder cuando finges algo que en verdad no sientes y yo era una experta en eso.

Terminé de comer mis deliciosas papas algo quemadas y me dedique a stalkear a mi querida profesora, encontré un perfil en facebook, tenía muchas imágenes de plantas y de su gato, pero había una en especial que me gusto mucho, era ella recostada en la pared su pelo estaba algo revuelto y tenía una sonrisa de medio lado, parecía triste pero eso solo la hacía más hermosa.

Bien, demasiada cursilería por hoy.

Al día siguiente

-Al fin clase de arte.- Dijo Jessica animada- ¿Trajiste los materiales?

-Ah sí, claro.

-Buenos días.

-Buenos días.- Dije mientras buscaba el carboncillo en mi mochila.

-Al parecer eres la única con modales aquí. –Sonrió- Trabajen en parejas, Sara tu serás mi asistente.

La sonrisa de Jessica desapareció en cuestión de segundos y se la paso con el ceño fruncido durante toda la clase

-Quiero que en esta clase reflejen todo aquello que los apasiona, su motivación o hasta sus mayores miedos.

Estaba muy concentrada, la verdad me gustaba mucho esta clase

-Hazlo más despacio.-Dijo Valentina mientras cogía mi mano y ponía la suya sobre esta-Así.

Sus manos eran muy suaves y delicadas, las detallé perfectamente, tenia dedos largos y delgados.

Su respiración se sentía muy cerca a mi cuello, yo solo me dejaba guiar por ella, supe que esta no era la única ocasión que lo haría. Me moví un poco en mi sitio, me sentía incomoda al parecer ella lo noto

-¿Qué pasa?- Preguntó mientras me miraba atentamente.

-Nada, sólo estoy un poco desconcentrada.-Respondí secamente.

-¿Qué lo causa?-Dijo mientras sonreía recostada sobre el escritorio.

-Tengo hambre.- Mentí.

-¿Segura?

-Sí.

-Bien, ve y compra algo en las maquinas pero que esto sea un secreto.

-¿Un secreto?-pregunté sonriendo.

-El primero.-Me guiñó un ojo.