Capítulo 15

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Bajo del jet privado con suavidad cuando llego a suelo no pudo evitarlo y cerró los ojos, para respirar el suave aire helado que corría en la pista de aterrizaje del aeropuerto, faltaba poco menos de una hora para regresar a su hogar o prisión depende desde que punto lo vieses, Feilong Liu no estaba muy conforme con estar de regreso en Hong Kong pero tenía obligaciones, Takaba estaba siendo escurridizo así que le dejó una carta, le habría gustado hablar frente a frete con el fotógrafo pero por desgracia no tenía tiempo para jugar al gato y el ratón, Yoh le recibió con una suave sonrisa, el niño sostenía la puerta abierta de la limosina que esperaba por él, a veces y solo a veces tenía ganas de tomar al pequeño y alejarlo de todo lo que conllevaba el mundo de la mafia pero eso era imposible, solo un sueño, - Feilong-sama Wang ha solicitado una reunión urgente con usted- informo su asistente, el chino asintió.

Para cuando- pregunto, mientras caminaba hacia la limosina.

Pidió que de ser posible que fuese hoy- dijo con nerviosismo el hombre- él dijo que tiene algo que ver con lo que paso hace un mes- la helada mirada de Feilong le hizo tragar grueso al asistente.

Entiendo, llámale y dile que le espero en la mansión Liu- ordeno antes de subir al auto seguido de Yoh- como has estado,- pregunto revolviéndole los cabellos al pequeño quien no pudo evitar un suave sonrojo en sus mejillas.

Eh estado muy bien, Feilong-sama- dijo sonriente- además ya casi puedo hablar inglés a nivel medio- informo con orgullo.

Mmm ya veo, felicidades- respondió- ven aquí Yoh- pidió con la mano extendida, el niño tomo la mano la cual lo arrastro hasta el regazo de Feilong, casi se le para el corazón al pobre niño al estar en esa posición pero noto como la cabeza de mafioso se enterró en su cuello para luego apresarlo en un abrazo, Yoh estaba desconcertado hacía tiempo que Feilong no hacia aquello, inclino la cabeza de medio lado pensando con rapidez las razones que llevarían a Feilong a ese comportamiento y solo le vino algo a la mente, Asami Ryuichi, apretó los dientes es hombre era la más grande desgracia en la vida de su jefe pensó el niño en su inocente opinión, pero no podía decir nada, retuvo un suspiro y dejo que el mafioso se calmase tal vez y solo tal vez el señor Feilong le confiaría que era lo que le preocupaba.

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Ya habían pasado cinco días desde su arribo a Londres y aun no iniciaba sus clases de idioma, en ese corto periodo de tiempo habían pasado demasiadas cosas en Japón. Tal como el atentado a Asami, y la refriega dentro de la Yakuza, el fotógrafo estaba informado gracia a la amabilidad de kirishima, Akihito estaba impresionado de que el mal presentimiento de Asami se hiciese realidad, afortunadamente él se había marchado con la niña un día antes de que el pandemónium se desatase, pero eso no era lo importante para él, no en ese momento, ya que se hallaba en una tormenta de emociones que lo hacían dudar de todo lo que se había auto prometido y todo por una maldita carta.

Takaba estaba sentado en el sofá de cuero negro en el living con las piernas abrazadas y el mentón en las rodillas, su rostro mostraba una mirada melancólica. A su lado yacía una simple e inocente carta algo arrugada, una carta que el joven fotógrafo deseaba no haber leído, en primeras instancias el no necesitaba saber su contenido pero la curiosidad y la expectación le ganaron a su sentido de auto preservación. Por su puesto tal y como suponía el remitente de la carta sin nombre que recogió en su departamento era Feilong, -ese bastardo...- murmuro con dientes apretados, Akihito sacudió la cabeza y enterró su rostro entre sus rodillas.

Matrimonio en PapelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora