Matrimonio en Papel

Capitulo 21

Labios tibios se pasaron sobre los de Severus, fue una suave caricia contra sus labios que se sintió como una disculpa burlona, luego el calor de su cuerpo subió a niveles insostenibles, pero el calor fue bajado de golpe, el pelinegro no estaba muy consciente de su alrededor, aun así sintió como el agua helada golpeaba su sensible piel dejándolo a merced del dolor, un dolor que conocía profundamente al negarse a sí mismo el alivio físico, tirito por algunos minutos o tal vez horas hasta que la cordura regreso a él, cuando abrió los ojos lo primero que vio fue al elegante rubio sentado sobre baldosas de mármol blanco recostado contra el inodoro sus ojos zafiros lo miraban intensamente y una sonrisa algo tensa se enroscaba en sus labios, la camisa antes prístina estaba enrollada hasta los codos y las manos llevaban un rastro de agua.

Hola Hermoso- dijo el rubio con una sonrisa dentuda- Sabes, no deberías tentar tu suerte de esta forma,- la mirada azul se agudizo sobre el cuerpo de Severus en la bañera- soy un caballero, mi hermosa mariposa y esa es la única razón por la que no estás en mi cama retorciéndote bajo mis caricias tomándome dentro de ti- comento con suavidad como si fuese un hecho.- No sé qué tomaste o que te dieron, pero parece ser algo suave ya que el efecto solo duro un par de horas- el rubio se levantó para luego arrodillarse junto a la tina en la que se hallaba el pelinegro.- así que cariño, no me tientes, porque solo soy un hombre- el rubio paso los dedos con suavidad por la mejilla derecha del pocionista.

Tú...- Severus no estaba seguro de cómo reaccionar al descarado coqueteo- un rubor involuntario ahora le subía por las mejillas- pero se sintió bien ser cuidado, sus mejillas se enrojecieron un poco más al entender la magnitud de su situación, las palabras se atoraron en su garganta pero al final pudo decir lo que quería con tanta ansias- Gracias- y eso era verdad, severus estaba agradecido, el rubio pudo haber hecho lo que quisiera con él en medio de su golpe de calor y no lo hizo, el rubio muggle puede que jamás entienda la magnitud de la situación real, pero Severus si, y por lo tanto estaba agradecido por el respeto a su integridad.

De nada,- dijo mientras tomaba una de la manos de Severus y las besaba en los nudillos- deberías ser más cuidadoso amor, no sé quién te dio a tomar algo de droga, pero esta noche pudo haber terminado muy mal para ti si no hubiese estado ahí- dijo con severidad, sus ojos zafiros parecieron opacarse por un momento y luego endurecerse con una luz fría- Pero no pasó nada, solo un susto, espero no se vuelva a repetir- casi ordeno, Severus sintió que un escalofrió bajo por su columna, el asintió con la cabeza como un instinto de supervivencia, eso pareció complacer al rubio, Severus no iba a sacar de su error al rubio y decirle que no era culpa de ninguna droga sino de la química de su cuerpo- Bien, solo tengo unos minutos más de tiempo, antes que deba partir así que...¿cómo pagaras por mis servicios?- comento con coquetería mientras jugueteaba con la mano de Severus entre las suyas- ¿tal vez un número de teléfono o la promesa de otro encuentro? tú decides, hermoso.

Severus se preguntó por un momento si acaso el rubio tenía mucha confianza en sí mismo, porque él podría fácilmente acordar una cita y no presentarse, pero algo en esos profundos ojos zafiros le dijeron que de prometer otro encuentro él iba a cumplirlo o las consecuencias serían peligrosas, todos los vellos de su cuerpo se erizaron, este hombre que lo miraba con hambre era malas noticias, oh y él sabía que tan malas noticias eran, después de todo, estaba al servicio de un hombre que había llevado a cabo un genocidio masivo.

Una cita - logro decir, su garganta se sentía seca y su voz salió algo ronca.

Una cita ¿eh? - los zafiros lo escudriñaron y luego una sonrisa se abrió paso en los labios del rubio. - Que así sea ¿Cuándo? - los zafiros lo escudriñaron con tanta intensidad, que puso nervioso al pocionistas.