Harry giró la cabeza y vio a Takaba aun tendido en el sofá, había pasado más de una hora y como el japonés no se despertaba tomo la decisión de moverlo a la habitación, afianzo con una mano la cabeza de la nena que reposaba contra su pecho ante de susurrar un hechizo para levitar al fotógrafo. Lo dejo sobre cama con sabanas de seda y se dispuso a seguir escudriñado a la niña como si así pudiese desvelar cada uno de sus secretos en el poco tiempo que tenía, apartó la mirada y miró por la ventana y vio que aún estaba oscuro, por lo que no había pasado mucho tiempo desde su llegada al departamento o eso creía, no estaba muy seguro.
La nena hizo unos suaves murmullo de bebe, y con sus pequeños y regordetes deditos apretó con suavidad la manta lila que le arropaba, Harry casi y se derrite de la ternura que le provoco la niña.
No mucho después Takaba se despertó con un sobresalto, el fotógrafo noto que estaba boca abajo sobre un par de sábanas de seda blanca muy familiares. Por un momento, se sintió mareado y desorientado, sin saber en dónde estaba hasta que algo hizo clic en su mente y se sentó rápidamente. Cuando Takaba se sacudió el sueño de su persona miro frenéticamente en todas direcciones hasta que su mirada descanso sobre el sofá de la habitación, donde encontró lo que buscaba, la nena se encontraba en brazos del británico que parecía entretenido con la niña y en un momento dado este alzo la mira y lo paralizo en el acto(una parte de él se sintió en presencia de su verdugo) trago grueso ante el escrutinio. Luego el trance se rompió y el fotógrafo se vio algo abrumado por la cantidad de preguntas que el británico le hizo sucesivamente, ¿qué le gusta comer a nena? ¿Cuándo comenzó a gatear? ¿Ya camina, me lo perdí? Tienes fotos de ella- la mirada esmeralda cargaba un brillo inquietante cuan pregunto lo último,- el chico parecía querer saber todos y cada uno de los pequeños detalles que rodeaban al infante, después de media hora de interrogatorio Takaba por fin tuvo un respiro.
Harry sólo deseaba saber y entender a su bebe, no sabía a ciencia cierta lo que iba a suceder. Por lo general, podía predecir lo que haría las personas a su alrededor y trabajaba acorde a ello, pero desde que se casó... las cosas cambiaron. Asami estaba haciendo que el actuara de un modo que nunca antes lo había hecho. Ahora mostraba aún más emociones que antes, por ejemplo cuando supo que tenía una hija fue un Shock, luego felicidad, a esto le siguió la incertidumbre, y después el deseo de proteger... todo era tan nuevo para Harry. Era como si fuera una persona completamente diferente. Pero eso no significaba que había cambiado de la noche a la mañana, seguía siendo el, pero con un instinto de protección que le hacía sentir temeroso, no era miedo hacia alguien sino a hacia sí mismo, porque si algo amenazaba a su bebe el haría algo imperdonable o iba a intentar algo, ¿qué?, no lo sabía. Todo lo que Harry sabía era que tenía que estar preparado porque el haría arder el mundo en cualquier momento y eso le asustaba (e irónicamente el detonante para que ocurriera una desgracia sonreía brillantemente entre sus brazos).
Suspiró y miró a su hija, que estaba tumbada de espaldas en el sofá con una manta lila envuelta en sus manos -Lo tienes todo sencillo, -suspiro y paso una mano sobre el cabello plateado-¿sabes? Mi vida es tan complicada, incluso cuando no estoy haciendo nada en particular. A diferencia de ti mi princesa que estas risa y risa- comento juguetón mientras simulaba darle un bocado a los pequeños piecitos ganándose una cantarina risa de bebe, Takaba miro algo desconcertado al británico que parecía absorto en sus pensamiento, el más joven hablaba como una persona mayor por momento y eso extrañaba al japonés. Tanto Harry como Takaba vieron como la niña miró al británico y luego parpadeó repetidamente con sus brillantes ojos zafiros, sonriendo ligeramente detrás de su chupón (chupón que en algún momento había aparecido y ninguno de los dos notos, bueno Harry noto la magia accidental pero poco le importo)
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Matrimonio en Papel
FanficHarry Potter no podría maldecir más su suerte. ¿La razón? Su tío y su deuda por la que prácticamente estaba siendo vendido a un autoritario empresario. Asami necesita un esposo por un tiempo para aplacar las cosas dentro de los Yakuza y cuando l...