FALSAS ESPERANZAS

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Acabemos hoy con la esperanza, antes de que ella nos reduzca irremediablemente. ¿Para qué prolongar esta agonía? Quitemos cerrojos y que salga por la puerta, que busque cobijo en otra casa, en otra alma.

Abramos bien los ojos, que la realidad golpeé sin limitaciones. Dejemos de amedrentar al corazón, que lata a su ritmo, sin necesidad de acelerarlo con engañosas fantasías.

Hay que deshacernos de esa idea de "la esperanza muere al último". ¡Qué muera de una vez! Si no hay amor, ¿de qué nos sirve?

Una historia de desAMORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora