Capítulo final II - Un sueño dentro de un sueño.

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Los días pasaron

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Los días pasaron. Las reuniones familiares se hicieron algo habituales y Constance era la mujer más feliz del planeta (Según ella) por fin uno de sus hijos le dio el regalo de ser abuela y se sentía orgullosa de ello.

Siempre que podía (lo que en realidad era casi todos los días) ella le regalaba juguetes y caramelos a Rose. Lo que ni a Alice ni a Jared le parecía correcto; por un lado Alice no quería que la consintieran tanto pues pensaba que eso haría que la niña se hiciera más caprichosa y mal críada, aunque estaba consciente de que era inevitable consentirla, en especial por parte de los Leto. Shannon, Babu y Constance la tenían como sí se tratase de una mascota nueva a la que debían mimar todo el tiempo.

Por otro lado, Jared quería que Rose adoptara la doctrina vegana. Por lo que él solía darle frutas y dulces de origen natural como chocolates a base de leche de coco, gomitas hechas sin gelatina, y cosas por el estilo que sólo consumiría un vegetariano. Y le molestaba mucho cuando Shannon le daba golosinas barata a base de azúcar y grasa saturadas.

Los favorito de Rose eran los chocolates a base de leche de coco y las varillas de regaliz. Aunque de vez en tanto, a escondidas disfrutaba de unas cuantas frituras.

— ¡Atención! — Dijo mamá Leto poniéndose de pie con una copa en la mano frente a la mesa donde la familia Leto, los padres de Alice (quienes llegaron desde Forks de invitados a esa celebración) y algunos amigos de Jared y Alice; cenaban en casa de Constance. Todos imitaron el gesto de la anfitriona; algunos con copas de vino y otros con vaso de jugo.

— Quiero hacer un gran brindis porque mi nieta finalmente ha sido reconocida como una más del clan Leto. Agradezco a dios y al universo que el examen de ADN haya salido positivo y eso me hace la abuela más feliz del mundo. — Al decir lo último, su voz comenzó a quebrarse de la emoción — Estoy orgullosa de mi hijo Jared, pues al comienzo él no quería hacerse el examen

— ¡Le teme a las agujas! — comentó entre medio Shannon, lo que provocó algunas risas entre los invitados.

— Claro que no, yo soy valiente — dijo el aludido en un tono chistoso.

— Por supuesto que sí, cariño y por eso me enorgulleces... ¡Salud! — continuó mamá Leto.

— ¡Salud! — respondieron los demás al unisonó

La noche pasó volando. Ya era casi media noche, cuando todos volvieron a sus respectivos hogares y los padres de Alice se fueron con Camille al hotel. En tanto Alice y Rose, ellas pasarían la noche en casa de Jared, pues ésta estaba más cerca y la niña se había quedado dormida, por lo que Alice aceptó quedarse, «sólo porque no quería despertar a Rose trasladándola en un viaje tan largo » según dijo la rubia, sin embargo, en el fondo todos sabían que aquello sólo era una excusa.

Estaban a unas cuadras de llegar a su destino, sólo tenían que doblar a la derecha y ya estarían de regreso a casa de Jared los tres juntos para dormir y descansar de aquel día tan ajetreado. Conforme los días pasaban, Alice y Rose se iban a casa del cantante más seguido. Eso a Jared le encantaba; no obstante, eso no quería decir que ellas vivieran con él en realidad, aunque Jared no descartaba esa posibilidad. En varias ocasiones él le planteó a Alice que se fueran a vivir a Los Ángeles juntos, pero a Alice le daba miedo que aquello conllevara a que la gente se diese cuenta de la existencia de Rose y ella. Quería mantener a su hija totalmente al margen del mundo de la farándula por lo que se negaba rotundamente irse a vivir con el artista.

Sueña en voz alta #LetoA2018Donde viven las historias. Descúbrelo ahora