Capitulo 4.

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Un día de diciembre del 2008

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Un día de diciembre del 2008

12:00 AM

Hace unos días llamé a nuestro abogado, Peter Paterno; pidiéndole consejos al respecto del caso de EMI. Él me explicó con palabras poco sutiles como es que ellos ven el mundo, literalmente me dijo « son idiotas con muchos abogados que creen que ustedes se han puesto en cuatro patas y le han puesto un gran consolador de metal por el trasero. Así ven el mundo, sea correcto o no.» Sí, me lo memoricé, digamos que no son palabras muy fáciles de olvidar.

Eso significa, que hagamos lo que hagamos ellos creerán que van ganando. También me explicó que para poder lidiar con ellos era importante conocer la forma en que ellos piensan, pues estos tipos creen que Thirty Seconds to Mars simplemente les haremos otro disco y ya. Sin embargo, yo deseo ir a la corte, pero Peter me ha dicho que lo más seguro es hacer un disco con EMI pues ir a la corte es más arriesgado; lo que me tranquilizó un poco es saber, que sea cual sea la decisión que tomemos como banda, tenemos el apoyo de nuestro abogado.

Por siempre tuyo B.C.

12:30 AM

Un día, Shannon, Emma y yo, fuimos a una tienda de árboles navideños, eran todos pinos naturales y muy grandes... y también muy caros. No me tomes por tacaño, querido amigo, pero por la situación que hemos llevado estos meces, no nos podemos dar el lujo de comprar cosas muy caras. Ni siquiera estoy seguro si quiero celebrar navidad este año. Son muchas cosas acumuladas en mi mente y la mayoría son problemas que opacan mis ganas de celebrar, sin embargo, creo que Shannon tiene razón, debemos hacer esto por nuestra madre... ojalá Alice estuviese aquí, si ella me viese en este estado, diría exactamente lo mismo que mi hermano, pero ella no está porque Alice, se convirtió en uno de los tantos problemas que opacan estas fiestas en mi vida.

Me pareció muy divertido comprar un árbol de navidad estando en pleno sol, pero lo hicimos, y por lo demás supongo que es porque estamos en California del sur, aquí el clima es bastante cálido aunque estuviésemos en invierno, son muy pocas las veces que llueve y por supuesto, nunca nieva. Parece que estuviésemos viviendo en «Primavera eterna » o «Verano absoluto ».

Estuvimos mirando varios árboles y nos fuimos a los que supuestamente eran los más baratos. El vendedor que nos atendió era un tipo delgado, de camiseta gris oscura, sin mangas, una camisa de franela a cuadrille roja amarrada a la cintura (que me recordó a alguien) y un sombrero de Santa Claus, típica de la época. Nos mostró los árboles más deprimente de la tienda, muchos eran de ramas rotas y un tanto secos o desojados.

Le mostré a Shannon uno que a mi parecer, era muy chistoso, él se rió, y estuvo de acuerdo conmigo. Enseguida, vi el precio de aquel árbol... si se le puede decir así. Era la cosa más fea que había visto en mi vida, costaba $99. Sinceramente, yo no hubiese pagado ni $ 20 por él, es enserio, el pobre era muy feo, estaba quedando sin hojas, en especial en la punta donde se supone que debe ir la estrella o el angelito, pero en esta cosa, aquel adorno no duraría ni medio segundo puesto.

Sueña en voz alta #LetoA2018Donde viven las historias. Descúbrelo ahora