Capítulo final III - Retornando a...

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 Trascurriendo el interminable tiempo en aquel viaje, las cosas ya no eran tan oscuras, pero aun había vestigios de la lúgubre atmosfera gris

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 Trascurriendo el interminable tiempo en aquel viaje, las cosas ya no eran tan oscuras, pero aun había vestigios de la lúgubre atmosfera gris. No obstante, ya se lograban mermar un poco con nuevas y fascinantes criaturas hermosas, que pese a ser de una gama de colores más variada, su presencia estaba acompañada con ciertos toques misteriosos y oscuros en su aura. A Alice le recordó un poco a Infra tierra, el mundo que Tim Burton creó para Alicia en el país de las maravillas. De pronto ella misma se sintió como si fuese aquel personaje, siempre rodeada de las criaturas más increíbles e imaginables.

Aún sabiendo que sólo se trataba de un sueño (bastante infantil para su gusto) ella tenia la creencia de que en cierto modo, los sueños siempre se les da una doble lectura, por lo que, aunque un sueño pueda parecer la fantasía infantil de algún niño, o incluso, aunque se trate de un sueño bizarro y ridículo, éste tenía un trasfondo mucho mas oculto u oscuro que probablemente pudiese afectar a hechos de su vida real.

Los distintos seres que habitaban en esa especie de bosque que bordeaba el rio por el cual ella, Jared y Rose viajaban, se asomaban entre los árboles que poco a poco se tornaban más vivos a pesar de su presencia opaca y triste. Cada habitante en ese lugar, desde la piedra más chiquita, hasta la bestia más salvaje y enorme, llevaba consigo tonalidades variadas pero apagadas. A Alice se le antojó algo bastante deprimente, pensaba que se encontraba dentro de una pintura que alguna vez fue una obra de arte llena de colores brillantes pero luego se destiñó con el tiempo, volviéndose una pintura marchita y mal tratada con el tiempo, mostrando colores opacos, sin fuerza y agonizantes.

Algunas criaturas se asomaban desde atrás de los árboles con cierta timidez, otros simplemente se escondían y otros pocos, los más extrovertido y orgullosos simplemente se dejaban ver como si la barca con los tres soñadores no existiera. Ejemplo de ellos eran en específico dos majestuosas criaturas; el imponente ave fénix que exhibía un hermoso plumaje anaranjado rojizo cual fuego ardiente, y el otro era la increíble aparición de un thunderbird (ave trueno) éste último era tan hermoso como el fénix; sólo que su amarillas plumas no eran cual fuego, pero sí brillantes (dentro de lo posible.) Su aspecto físico era parecido a un águila pero de un tamaño gigantesco. Al batir sus alas, truenos iluminaban el cielo encapotado de nubes y nieve mientras que su agudo trompeteo invadía como eco cada metro cuadrado por el que volaba.

En la superficie terrestre, flores emergían de lo más profundo de la tierra en forma de botón. Abarrotaban toda la orilla del rio, como si fuese una plaga incontrolable de botones brillantes, que manchaba el blanco suelo nevado; éstas iban abriendo lentamente mientras cambiaban de colores cada tanto segundos hasta llegar a un tono café, luego negro. Llegado a ese punto, estas se marchitaban tanto que se volvían cenizas, pero sólo por un breve momento pues una vez hechas polvo, las flores volvían a resurgir de sus propias cenizas. Éste era un patrón que se repetía constantemente una y otra vez por todo el camino.

Pero llegó un momento en que el patrón se detuvo dejando sólo flore de tonos fucsia y naranjas, contractando de manera notoria con la atmosfera grisease y colores opacos del ambiente y el blanco de la nieve que no paraba de caer, incluso el brillo incandescente de esta plantas era aun más intenso porque la noche poco a poco se venía encima.

Sueña en voz alta #LetoA2018Donde viven las historias. Descúbrelo ahora