Limpio un poco de baba que queda en la comisura de mis labios y salgo del despacho de Raphael. Doy zancadas largas hasta llegar a las escaleras y empezar a bajarlas de dos en dos.
Ése idiota... ¿por qué tuvo que decir que soy su novia? Ahora Raphael pensará que soy una zorra, y de hecho, no lo soy.
Al verlo ahí sentado, sonriendo y dejando en la mesa frente a él un vaso de agua que seguramente le dió Thomas, se puso de pie y se acercó a mí para abrazarme.—Dios, terroncito de azúcar —¿Qué dijo éste imbécil?—, me alegra tanto que estés bien.
Mi mano viaja hasta aterrizar de manera no tan gentil en su mejilla.
—¡Imbécil, ¿cómo que tu novia?! —protesto, él sonríe, masajeando su mejilla.
—¿Por qué? ¿Qué tiene de malo hacerlo saber? —veo por encima de mi hombro cómo Raphael ya está acompañandonos, con un ceño fruncido.
Mierda.
—Mira, Dave, sabes qué tan limitada de paciencia soy, ¿verdad? —alzo ambas cejas, siento que estoy hablando con un niño pequeño.
—¿Cuándo aprenderás a decirme "Amor"? —finge algo de tristeza, ¿es que a éste tipo no aprecia su vida?
Estoy a punto de protestar nuevamente, hasta que siento una gran mano colocarse sobre mi hombro.
—Hola, Dave —frunzo el ceño nuevamente—. Soy Raphael O'Neal, tal vez me conozcas.
—¿Tal vez? —él alza una ceja, sonriendo ladeadamente—. Sé quién eres: considerado uno de los mejores escritores de la actualidad, ganador de más de quinientos premios. En serio, eres de admirar.
Escucho una risita nerviosa por parte de Raphael.
—Gracias por el halago —suspiro al darme cuenta de que se están llevando mejor de lo que había pensado.
—Aunque, ¿te puedo ser sincero? —mi afilada mirada se clava en una sonrisa llena de malicia que está plasmada en el rostro de Dave—. Tus libros son una basura.
Hablé antes de tiempo.
Siento una gran fuerza ejercida sobre mi hombro, hago una leve mueca antes de ver hacia arriba. Raphael está molesto... se le nota en cómo tensa la mandíbula.
—Me alegra que me seas sincero —dice de manera seca—. ¿Necesitas algo?
—Quiero a mi novia devuelta... —responde Dave, vuelvo a fruncir el ceño.
Raphael deja caer su mano a un costado. Eso me deja un vacío en el pecho. Tomo una bocanada de aire, y antes de que Dave pueda tomar mi mano, siento un brazo enrrollarse en mi cuello.
—Sería mejor que yo me la quedé.
Morí...
Dave es ahora quien frunce el ceño. Intento borrar la sonrisa de estúpida enamorada en mi rostro antes de que Raphael la note.
—Sí, sería mejor. —bromeo. Dave me mira amenazante.
Dave y yo hemos sido compañeros de trabajo desde que entré al FBI. Al principio, todo era una normal relación amistosa, hasta que el amor se interpuso. Empezó a regalarme flores y chocolates todos los días, hasta fue capaz de gastarse todo el dinero de sus ahorros en comprarme un pasaje de avión a Italia.
Tuve que rechazarlo. Pensé que había quedado claro que no sentía nada por él, pero él seguía insistiendo. Me fui separando de a poco, hasta el punto de apartarlo de mi vida casi permanentemente.Maldigo el día en que conocí a Dave, y no me arrepiento si, por algún deseo mío, le llega a caer un rayo.
Lo veo remojarse los labios con cierto recelo. Mira con una sonrisa falsa a Raphael para luego reír secamente.
ESTÁS LEYENDO
Las razones de mi triunfo.
Mystère / Thriller¡¡¡FINALIZADA!! Soy guapo; debo admitirlo. Soy talentoso; y cada que me lo dicen, finjo estar nervioso y pido que paren. Y sobre todo, soy muy reconocido; eso hace que tu trabajo sea el mejor y más amado por todos. Aún no sé qué diablos me pasaría...