Prefacio.

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En las sombras, mi alma camina sin rumbo alguno.
En la luz, mi cuerpo sobrevive gracias a tus recuerdos.
El morir no es algo que me pueda permitir; porque, si te olvido, ¿quién te va a recordar?

Entre el paraíso y las tinieblas, sólo elijo un camino: el mismo que tú has elegido.
Amada mía, cuando éste cuchillo se clave en tu cuello, hará lo mismo en el mío. Ambos iremos a donde seremos felices por siempre: El infierno.

Las razones de mi triunfo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora