Capítulo 11

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—Estás exagerando...

—¡Cállate, no conoces mi dolor!

Dave no murió... lastimosamente. Más bien, fue apuñalado en el brazo. Probablemente los asientos del auto están totalmente empapados de sangre... de su sangre.
Renée y Carl están ayudando con la herida, Helen está hablando por teléfono con su tío o yo qué sé. Y yo... bueno, condunciendo en camino al hospital.

Hubiera preferido que muriera, pero si no fuesen por los ojos de perrito sin hogar que Helen me había hecho, yo nunca hubiera accedido.

¿Qué es lo que siento en verdad por Helen? ¿Es acaso correcto sentir algo por ella teniendo en cuenta el tipo de persona que soy y ella no conoce? ¿Debería contarle la verdad de todo esto?
No, ella se merece todo menos saber la realidad... mi realidad. Porque tengo bien entendido que no sería nada bueno para ella, ni mucho menos para mí. No sé de lo que sería capaz.

Con respecto al esmascarado, escapó apenas me giré para tomar el walkie talkie. Y si trato de recordarlo, lo único que consigo es a un Dave detrás de esa máscara. ¿Mis razones? Él nunca se comunicó con nosotros por medio del Walkie Talkie, y justamente cuando el tipo desapareció, fui informado de su agresión.
Aunque todo se pulveriza teniendo en cuenta de que los chicos lo habían encontrado tirado sobre un charco de sangre antes de que el enmascarado y yo nos encontrásemos.

Detengo el auto frente a la entrada del hospital, donde rápidamente una enfermera junto a un doctor que pasaban por la entrada nos vieron.

Aunque fue casi un duro trabajo convencerlos de revisarle e internarle, así sucedió. Habían pasado unas cuantas horas cuando nos informaron que estaba en buen estado.
Aún nos encontramos discutiendo lo que pasó en el depósito.

—¿En serio no logras recordar? —pregunta Helen, torciendo el gesto.

—Sólo puedo recordar muy poco —los párpados de Helen se cierran con fuerzas—. Lo siento, Helen.

—Te está mintiendo, no lo siente —le susurro, ocasionando su risa.

—Lo mejor sería dejar descansar a Dave —opina Renée—. Debe estar súper cansado y totalmente adolorido a causa de esto.

—¿Qué han dicho los doctores de su herida? —pregunta Carl.

—Por ahora dicen que no es nada grave, casi fue capaz de fracturar su brazo gracias al forcejeo —expongo, cruzándome de brazos—. Necesitará descansar por una o dos semanas, probablemente...

La puerta de la habitación en la que estamos es azotada. Alguien está respirando con dificultad sobre mi hombro, y me fastidia. Al darme la vuelta, me doy cuenta que hubiese deseado que me arrestaran por asesino a que él llegara.

—¿Thomas?

—Ralph... —él sacude la cabeza con brusquedad— ¿cómo está Dave?

No me lo puedo creer...

—¿Viniste por Dave?

—Yo lo llamé —Helen se entromete—. Thomas y Dave son buenos amigos, debía hacerle saber.

—Y te agradezco por eso, Helen —Thomas sonríe para luego dirigirme la mirada—, ¿y tú estás bien?

—Sí, gracias por preocuparte —digo sarcástico—. Todos estamos bien, no nos pasó na...

Siento un fuerte dolor en mi oreja izquierda, alguien está jalando de ella. Thomas me lleva arrastrado y maldiciendo por debajo, ¿qué demonios le pasará?
Cuando llegamos a un pasillo en el que casi no hay nadie, suelta mi oreja y me empuja, ocasionando que choque contra la pared.

Las razones de mi triunfo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora