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¿Qué se podría esperar de alguien como yo? ¿Quién podría negar que he hecho cosas malas?

La vida misma se ha encargado de darme las peores de las lecciones. El haberte perdido es mi más grande resentimiento, mi castigo... y por si fuera poco, el zapear mi vida no ha servido de mucho. Intentando recobrar las sensaciones que ambos tuvimos durante la intimidad... porque este inmarcesible amor sigue ahí, de pie, esperando ser correspondido.

Lástima que tu alma está en otra parte, y que los muertos no pueden hablar.

Las razones de mi triunfo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora