XII

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Sollozando, cubro mi boca con la mano en terror mientras lo veo todo. Una pequeña cama se colocaba debajo de todas las imágenes que estaban pegadas al techo.

Habían fotografías de mí saliendo de mi casa y de la escuela, cambiandome en mi recámara, caminando hacia mi auto, entrando al supermercado en el que había estado hoy, sentada en mi jardín y en la escuela, hablando con Sebas, había de todo! Era como si mi vida completa estuviera aquí pero en imágenes.

No pude controlar los llantos que caían de mis labios cuando me di la vuelta, mis ojos observando cada foto. Tomando algunas fotos, las rompí en pedacitos antes de abrir la puerta y buscar la salida.

Me sentía mareada y confundida como si  estuviese en una pesadilla. Pero no lo estoy. No podría estar en una pesadilla, ya que todo se sentía tan real. Ojalá estuviera en una pesadilla.

Cuando por fin había encontrado la salida, intenté abrir la puerta pero no pude, estaba cerrada con llave. Detrás de mí lo escuché riéndose y rápidamente me doy la vuelta para apuntarle nuevamente la pistola, pero él ya no parecía tener miedo.

 Detrás de mí lo escuché riéndose y rápidamente me doy la vuelta para apuntarle nuevamente la pistola, pero él ya no parecía tener miedo

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"Adelante, dispárame," me dijo, "si lo haces, serás encerrada en la cárcel."

"Eso no es cierto!" respondí limpiándome algunas lágrimas, "yo tendré una razón para dispararte. Tú me secuestraste e intentaste violarme!"

Él se ríe una vez más, "Tienes pruebas? No verdad? No te van a creer mi amor."

Él tenía razón, no tengo pruebas y ahora menos por haber rompido las fotos que necesitaba como pruebas, las demás pueden ser vistas como fotografías normales. Después me acordé que podía usar mi celular para pedir ayuda. Lo busque en cada bolsillo de mi pantalón pero no estaba.

"Acaso buscas... esto?" me preguntó enseñandome mi cel.

Ahora me sentía más débil ante él. Cualquier decisión que tenía en mente no funcionaría. No tenía de otra mas que quedarme con él. Bajé el arma y comencé a llorar desesperadamente, cayendo al suelo lentamente hasta sentarme.

En el momento que se sentó al lado mío, lloré aun más. Noté como su tono burlón cambió a uno más suave al hablarme.

"Porfavor, ya no llores," me dijo con la intención de calmarme.

Intentó acariciar mi mejilla pero yo me alejé.

Obsesionado || Mario Bautista [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora