Obsesionado || Mario Bautista [TERMINADA]

XIX

Después corrí a buscar una salida. No podía quedarme más aquí. Esta era mi oportunidad para escaparme. Intenté abrir la puerta de atrás pero también estaba cerrada con seguro. Abrí las cortinas de todas las ventanas para encontrarme con rejas.

Este chico sí que pensó en todo, me dije a mi misma.

Me di por vencida y decidí ver los cuartos. Hasta que una habitación captó mi atención, era la recámara de Mario. Entré y busqué una especie de llave que tal vez me ayudara a salir pero no encontré ninguna, él las tenía todas. Buscando en el último cajón, encontré mi celular. Lo saqué y esperaba que aún tuviera batería. Para mi suerte, aún tenía.

No sabía a quien llamar. No podía llamar a mis padres por que se preocuparían y la situación podía enfermarlos. No podía llamarle a mis amigas tampoco por que pensaran que estoy bromeando. No me quedaba nadie más que, Sebastián. Marqué su número y comenzó a sonar.

Por favor contesta, por favor, dije varias veces.

"Yuliana?"

Al escuchar su voz, mis ojos se llenaron de lágrimas de alegría.

"Sebas," dije sollozando.

"Yuli dónde estás? Estás bien?" me preguntó.

"No," lloré, "fui secuestrada por un demente que está obsesionado conmigo."

"Qué?! Dime dónde estás y voy para allá," me dijo.

"Ese es el problema, no sé donde estoy. Me tiene encerrada y no puedo salir."

"Te prometo que todo va estar bien, okay?"

"Sebas, tengo miedo. Miedo de que intente violarme de nuevo."

"Que hizo qué?! Cuando encuentre la forma de buscarte, te juro que lo voy a matar."

"No sabes cuanto extrañaba escuchar tu voz," confesé.

"Pero creí que-"

"Lo sé fui una estúpida, te tuve esperando mucho tiempo y nunca te di una oportunidad."

"No digas eso, yo te entiendo. Aunque sí me enojé un poco la última vez que nos vimos," me dice refiriéndose al día en que estudiamos.

"Una vez saliendo de aquí, prometo darte esa oportunidad que te mereces."

"No sabes que feliz me hace escuchandote decir eso."

Comienzo a escuchar pasos entrando a la casa y entro en pánico.

"Sebas me tengo que ir, ya viene!"

"Pero neces-"

Le colgué y guardé mi celular en donde estaba.

"Yuliana!" Mario gritó varias veces.

Yo no contesté por que estaba arreglando todo mi desorden para que no sospechara.