Obsesionado || Mario Bautista [TERMINADA]

XIV

"Tienes que comer algo," Mario le dice tomándola de la mano, "ven, yo te acompaño."

Él la lleva al comedor mientras que Yuliana observa sus alrededores.

"Déjame ir p-porfavor, y te juro que no le d-diré a nadie," ella le suplica.

Mario deja de hacer lo que hace y responde con un simple, "No puedo."

Después comienza a sacar algunas frutas para hacer una ensalada con ellas. Pasaron unos minutos, y los dos platos ya estaban listos en la mesa. Uno frente a Yuliana y el otro frente a Mario. Ella tomó su tenedor y empezó a jugar con la fruta.

"Por qué? Por qué no me dejas ir?"

Él suelta su tenedor y la mira con ojos llenos de melancolía, "Es que no lo entiendes? Yo te amo."

"Eso no es cierto," ella lo niega, "si en verdad me amaras, me dejarías ir."

Mario se para de la mesa furioso, "Entiende, nunca te voy a dejar ir! Te quedarás aquí para siempre por que eres mía y de nadie más!"

Con eso dicho, terminaron de comer en silencio. Yuliana no pudo contener más su llanto, así que comenzó a llorar otra vez. Lo único que ella quería es que esta pesadilla terminara.

"Tal vez lo que te hace falta es dormir," Mario supone mientras recoge los platos, "vamos, te voy a enseñar tu habitación."

Cuando él había dicho que le enseñaría su habitación, ella creía que sería como un cuarto de huéspedes pero no fue así.

"Qué te parece tu nueva recámara? Es igual a la de tu casa, verdad?" él le pregunta emocionado.

Espera, este chico aún no me conocía bien y ya tenía este cuarto listo para mí? La peor parte era que todo estaba en el lugar exacto como en mi otro cuarto. Una razón más por cual él me da miedo, ella pensó.

"Si ves? Todo lo que necesitas está aquí, sólo pídemelo y te lo consigo," él le propuso.

"Quiero-"

Mario la interrumpe, "Todo, menos tu libertad."

Después de haber escuchado eso, mejor se quedó callada. Se dio cuenta que ya no tenía caso rogarle. Sólo haría que se enojara y regresara al chico que la secuestró, aquél que a ella le temía.

"Ponte cómoda, que de ahora en adelante esta será tu casa," Mario sonrió, "ahorita vengo."

Ella aprovecha su ausencia e intenta buscar una salida. Desafortunadamente, no encontró ninguna. Su otra y única opción era ponerse cómoda para dormir.