Obsesionado || Mario Bautista [TERMINADA]

X

"Dime que me amas, Yuliana," él exige.

Sus ojos se encontraron con los míos de nuevo y se metió la mano en su chaqueta antes de sacar una pistola negra. Cuando él la apunta en mi frente, apreto mis muslos juntos y me rompo en sollozos de nuevo. Mi corazón latía profundamente y sacudía la cabeza mientras colocaba la bala en su lugar.

"Dos palabras," se acerca a mí y su aliento sopla mi rostro mientras lloro incontrolablemente.
"Es todo lo que tienes que decir y todo estará bien."
Él me presiona mientras sus labios recorrían mi mejilla.
"Dilo."

Temblando, digo las palabras, "Te amo."

Me sentí débil en la silla mientras el chico seguía dando vueltas alrededor de mí. Consiguió calmar mi llanto después de haber inyectado algo en mi brazo, causando que estuviera a la deriva de un sueño profundo. La droga seguía en mis venas mientras trataba de moverme, sin embargo, mi cabeza se sentía mareada a la menor reposición.

"Se te pasará en unos minutos," me dijo con la arma aún en la mano, observando mi estado.

"Debo decir que eres aún más bonita de cerca."

Mi pecho subió y bajo del temor mientras su dedo se movía a lo largo de mi pómulo, su peso casi descansando en mis rodillas mientras se sentaba sobre mí. Su dedo recorría mis labios antes de jalar mi labio hacia abajo mientras se lame sus labios con avidez como si hubiera estado esperando este momento desde siempre. Podía sentir su aliento en mi rostro mientras su otra mano comienza a trazar círculos en mi brazo antes de soltar un gemido placentero.

"No tienes idea de hace cuánto tiempo he querido hacer esto," susurra contra mi mejilla mientras sus labios besan suavemente la piel y yo estaba demasiado paralizada para alejarme de él.

"Tocar tu suave y lisa piel," el chico añade y mueve sus labios alrededor de mi mejilla.

"Besarte."

Se aleja de mi cara antes de pasar su pulgar contra mis labios y yo dejo salir un quejido, sin embargo, es silenciado cuando presiona sus labios con fuerza contra los míos.

No siendo capaz de detenerlo, le permito que me besara aunque no podía mover mis labios perfectamente.

"Bésame de vuelta," él exige como si hubiera leído mi mente.

Hago lo que él dice a pesar de la vil sensación que sentía.