Amy pasó el viaje a Estocolmo tratando de no pensar en Sheldon, no era que no quisiera hacerlo pero le esperaban seis meses para extrañarlo. Trató de concentrarse en la lectura de artículos científicos y en el libro del Dr. Johansson, a quien consideraba uno de los más grandes neurocientíficos de la actualidad.
A ella le gustaba viajar en el asiento de la ventana, siempre se distraía imaginándose figuras con la forma de las nubes, desde pequeña se divertía creando imágenes fantásticas en su mente. El viaje a Estocolmo era bastante largo, un poco más de 15 horas. Para Amy esas 15 horas se sentían casi como quince días por estar alejada de Sheldon. Trató de escuchar música pero eso sólo le recordaba aún más a su novio. Tampoco le hacía gracia la película que proyectaban durante el vuelo. Cerró los ojos e intentó dormir.
¿Cómo habían cambiado las cosas?, pensaba Amy. Si hace un poco más de dos años, alguien le hubiera dicho que iba a encontrarse así, dominada por sus sentimientos y anhelando la cercanía de su ser amado, de su novio para ser exactos, ella habría contestado que esas era puras tonterías.
En la escala que su vuelo realizó en el aeropuerto de Ámsterdam, una joven rubia, con cabello largo y ojos verdes ocupó el asiento al lado de Amy, llevaba entre sus brazos una nena encantadora de unos seis a siete meses que sonrió al ver a la neurobióloga.
A Amy la joven rubia le recordó a Penny, iba a extrañarla mucho. Faltaban todavía tres horas para llegar a Estocolmo, alrededor de las 6 de la mañana, hora local.
Cuando Amy por fin pudo conciliar el sueño, el llanto desconsolado de la bebé que se encontraba en el asiento contiguo, la despertó. Las mejillas de la nena se encontraban sonrojadas, con su pequeña mano tiraba de su oreja izquierda. A pesar de los esfuerzos de su joven madre, el llanto era incontrolable.
─ Parece que tiene dolor de oído, dijo Amy al mirar la enternecedora escena.
─ Sí, creo que sí, dijo la joven madre, meciendo a la niña en sus brazos. Parece que también tiene fiebre.
─ Mi madre solía colocarme un pañuelo o algodón para aplicar calor en mi oído cuando era una niña, era bastante efectivo dijo Amy tratando de socorrer a su compañera de asiento.
─ Voy a preguntarle a la azafata, tal vez pueda ayudarme, podrías sostenerla solo por unos minutos?, dijo la muchacha poniendo a la nena en los brazos de Amy mientras se levantaba súbitamente de su asiento.
─ Hey, yo no sé... cuidar de un bebé, dijo Amy casi inaudiblemente al ver a la pequeña que lloraba en sus brazos.
─ Creo que tu mamá realmente está un poco alterada y no es para menos, no haz parado de llorar desde que despegamos, le dijo Amy a la bebé como tratando de razonar con ella.
De repente, nuestra querida neurobióloga tuvo una brillante idea y comenzó a cantar: "Soft kitty, warm kitty, little ball of fur. Happy kitty, sleepy kitty, purr, purr, purr", mientras mecía suavemente a la niña en sus brazos, al ritmo de la canción.
El resultado fue casi mágico, no sólo la niña dejo de llorar sino que también sus ojitos comenzaron a cerrarse poco a poco al escuchar la canción de cuna.
Cuando la madre de la niña regresó con un biberón y un pañuelo para aplicar calor en el oído de su hija, se sorprendió al ver a la niña completamente tranquila en los brazos de Amy que continuaba cantando Soft Kitty.
─ Wow, qué buena eres para esto!. Tienes niños?, exclamó la joven madre.
─ Podría decirse que sí, tengo uno. Uno grande, respondió Amy.
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💞La Suma de las Posibilidades💞Shamy💞
Fanfiction💞Cuando Sheldon admite la posibilidad de que su relación con Amy avance a un plano físico, qué le deparará el destino a la pareja poderosa de Pasadena? Original History: kcooper73 Esta historia me encanta Terminada