💕Capitulo 03

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Amy se encontraba dirigiéndose a Caltech, cuando en el camino divisó la tienda de trenes a escala favorita de Sheldon. Miró su reloj y al darse cuenta de que aún faltaban 40 minutos para las 12h00 pm, hora en que debía llegar a la universidad para almorzar con Sheldon, decidió estacionar el auto y entrar en dicho negocio.

Hace casi una semana, en su noche de cita preestablecida por el Acuerdo de la Relación, es decir, en el segundo jueves de cada mes o el tercer jueves en un mes que tenga 5 jueves, Sheldon había llevado a Amy a la tienda de modelos de trenes, mostrando gran afición por una réplica a escala del famoso Jacobite Steam Train, un tren escocés al que las películas de Harry Potter dieron a conocer como el Expreso de Hogwarts.

Sheldon le había mencionado varios datos interesantes sobre el tren, los cuales Amy vagamente recordaba, ya que para ser sincera, ella estaba concentrada en el brillo de los hermosos ojos azules de su novio. Lamentablemente, Sheldon no pudo comprar el modelo a escala porque ese día solo tenían la pieza de exhibición; sin embargo el dependiente de la tienda había prometido hacer una nueva orden a su proveedor.

Sin perder el tiempo, Amy se dirigió al estante donde se encontraba la diminuta locomotora de color rojo y negro, en su caja, en perfecto estado.

Amy contempló el juguete por unos segundos, imaginándose lo feliz que Sheldon se iba a poner con aquella sorpresa. Ella sabía qué hacer para animarlo, conocía sus gustos, sus excentricidades, hacerlo feliz era una de sus actividades favoritas y más ahora que su querido Shelly Bean se encontraba afligido por su nueva situación como compañero de trabajo de Kripke.

Un tirón en la bastilla de su falda, seguido de una vocecita infantil, le despertaron de su "trance". Se trataba de un pequeño niño de aproximadamente cinco años que vestía un disfraz de Batman.

─ Mami, cómprame el tren de Harry Potter!, dijo el pequeñito que había confundido a Amy con su madre.

─ Amiguito, creo que tu mami está por allá buscándote, dijo Amy mientras localizaba a la distraída señora que buscaba al chiquillo.

A Amy no le disgustaban los niños, le parecía que eran como pequeños monitos, los encontraba divertidos, le generaban cierta ternura, y no pudo evitar sonreír.

Una vez reunidos, la madre y su hijo se dirigieron a la puerta del establecimiento para salir apresuradamente, el niño disfrazado de Batman, se despidió de Amy agitando su manito.

Amy se acercó a la caja, pagó por el tren de Sheldon y viendo nuevamente la hora, salió casi corriendo para no llegar tarde a su encuentro.

En su oficina Sheldon miraba el pizarrón tratando de resolver una ecuación, la cual durante toda la mañana le había tenido pensando. No podía creerlo, una simple ecuación, indigna de la genialidad del Dr. Sheldon Cooper, le estaba causando una jaqueca.

─ Qué tal Coopeg?, la desagradable voz de Kripke, era inconfundible.

─ Kripke!, dijo Sheldon con una mueca de fastidio.

─ Pwoblemas con la ecuación?, déjame ayudagte, continúo Barry acercándose al pizarrón.

─ No, está todo bien, es más, es demasiado fácil, así que voy a borrarla, para comenzar una nueva que sea un mayor reto.

─ Cómo quiegas, pensé que estawias de mejog humog después de una noche de acción con tu novia, señalo Kripke con una sonrisa pícara ─ Qué tal estuvo?

Sheldon mordió su labio inferior y desvió la mirada hacia arriba y a la izquierda, como hacía siempre que iba a mentir.

Aunque Sheldon y Amy nunca había tenido más acercamiento que un par de besos castos y con los labios cerrados, siempre iniciados por Amy; el inocente físico teórico se había visto obligado a mentir cuando Kripke dedujo que el pobre desempeño que Sheldon había tenido en el trabajo últimamente se debía a la distracción de mantener una relación física con su novia.

─ No me gusta alardear, pero tuve una noche de magnífica performance, Amy es insaciable, comentó Sheldon, mientras su párpado derecho comenzaba a temblar con nerviosismo.

─ Una mujeg salvaje e insaciable, bien hecho Coopeg!, Choca esos cinco!, exclamó Barry Kripke, levantando la palma de su mano.

─ Sí. Mi mujer es insaciable, todo el coito que estamos teniendo no me deja tiempo para nada, agregó Sheldon, con un marcado acento tejano y su tono orgulloso.

Amy había querido sorprender a Sheldon con su regalo, pero al oír voces se quedó esperando al otro lado de la puerta de su oficina que estaba entreabierta. No había llegado a escuchar toda la conversación sin embargo las dos últimas frases atravesaron su oído como si se tratara de una flecha envenenada.

Sintió que su corazón se rompía en pequeños pedacitos, un sabor salado y amargo llego hasta su boca. Las lágrimas se agolparon en sus ojos, y ahora luchaban por salir. Amy no sabía que Sheldon mentía por no demostrar inferioridad ante Kripke, tampoco había escuchado que hablaban de ella.

─Sí. Mi mujer es insaciable, todo el coito que estamos teniendo no me deja tiempo para nada, la frase se repetía una y otra vez en su cabeza.

─ Cómo pudo hacerme esto? Quién es esa mujer?, Amy salió corriendo, sin mirar atrás.

Ya en el estacionamiento, la neurobióloga se encontró con Alex Jensen, la asistente de Sheldon, quien la saludó cordialmente

─Dra. Fowler, no sabría que vendría hoy, comentó la hermosa muchacha de ojos claros; le pasa algo, puedo ayudarle?, agregó Alex al notar las lágrimas que corrían por las mejillas de Amy.

─ No, no me pasa nada. Tome, esto es para el Dr. Cooper, dijo Amy mientras le entregaba la caja con el tren a escala a Alex.

Apresuradamente Amy subió a su auto y se alejó de Caltech.

Alex se quedó contemplando cómo se alejaba, totalmente confundida por lo que había pasado. El Dr. Copper podrá ser un genio, pero no tiene la menor idea de cómo tratar a una dama, pensó.

 Copper podrá ser un genio, pero no tiene la menor idea de cómo tratar a una dama, pensó

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💞La Suma de las Posibilidades💞Shamy💞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora