💕Capítulo 22

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Según el esquema diario de desayunos de Sheldon, el lunes por la mañana es día de waffles, había sido así durante varios años, desde que era un niño, y por supuesto que Amy lo conocía muy bien.

Este día en particular Amy despertó pensando mucho en él. El día anterior había intentado preparar spaghetti con hotdogs pero al no conseguir aquella salsa marinara que la mamá de Sheldon utiliza, el resultado, aunque agradable a su paladar, no fue el mismo.

La noche anterior Amy soñó con Sheldon, se imaginaba que lo abrazaba durante la noche y que se dormían el uno en brazos del otro. Solamente dormían, pero eso era suficiente, todo lo que necesitaba en ese momento. Había despertado anhelando que él estuviera a su lado, pero todo lo que había allí en su cama eran almohadas y cobertores desordenados.

Para sentirse más cerca de su novio, Amy intentaba realizar ciertas cosas que a él le gustaban, cumplir con sus rutinas. Una de las cosas que le hacían sentirse más cerca de él era seguir sus esquemas para el desayuno. Hoy era lunes, día de waffles y Amy no tenía ánimos de comer otra cosa que no fueran waffles. Buscó y buscó en la alacena sin encontrar un empaque de mezcla para prepararlos. En su refrigerador tampoco tenía waffles congelados. Eran apenas las seis de la mañana, muy temprano para ir a comprarlos.

Trató de reemplazar los waffles con huevos revueltos pero no funcionó, era como si su cuerpo los rechazara. Tenían que ser waffles, no podía ser de otra manera. Se preguntó a sí misma si Mattias tendría waffles.

No habían hablado aún de lo que pasó aquella noche después de la fiesta de presentación del proyecto del Instituto de Neurociencias. Amy había sido muy clara al decirle que la relación entre los dos sería solamente de amistad, esperaba que Mattias no se hubiera molestado por su rechazo, cuando el intentó besarla. La situación era inédita para Amy que nunca se había concentrado tan atractiva como para tener líos amorosos.

Amy subió las escaleras hasta el departamento de Mattias, ojalá tenga waffles, pensó mientras tocaba a la puerta: knock, knock, knock Mattias. Knock, knock, knock Mattias, knock, knock, knock Mattias.

─ Hola Amy, saludó un confundido Mattias recién levantado y bostezando.

─ Buenos días Mattias, perdona que te haya despertado tan temprano, pero quería preguntarte si tienes waffles o mezcla para prepararlos?, preguntó Amy sonrojándose al ver a Mattias despeinado, con su camiseta blanca y bóxers azules.

─ Waffles?, preguntó Mattias mientras trataba de arreglar un poco su cabello despeinado, ─ Déjame ver. Umm, creo que sí tengo, pasa.

Mattias buscó rápidamente en los gabinetes de la cocina, hasta encontrar un paquete de mezcla para preparar waffles. Los ojos de Amy brillaron al verlo, como si se tratara de un tesoro muy preciado.

─ Qué bien, gracias, gracias!, prácticamente gritó Amy, tomando entre sus manos aquel empaque.

─ Vaya, en verdad los querías dijo Mattias.

─ Sí, hoy es día de waffles, añadió Amy, un poco avergonzada por actuar como una niñita. ─ Si quieres puedes desayunar conmigo, siguió Amy para recompensar la amabilidad de Mattias. Al parecer el joven no se había molestado con ella después de todo.

─ Pues me parece una excelente idea, iré a cambiarme y enseguida estaré en tu departamento, agregó Mattias.

Amy preparó los waffles de inmediato, y le quedaron deliciosos, los acompañó con frutos rojos del bosque, muy populares en Suecia.

Durante el desayuno Mattias no podía evitar pensar en lo mucho que le gustaría que escenas como esta se repitieran todos los días. Los ojos de Amy tenían aquel brillo encantador y su sonrisa era una invitación a ser feliz, pensaba el joven neurólogo. Piensa en otra cosa, se repetía a sí mismo, sabía que para Amy no existía nadie más que su novio.

💞La Suma de las Posibilidades💞Shamy💞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora