💕Capítulo 32

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─ Amy, en realidad estoy muriendo del hambre!, dijo Sheldon después de salir de la ducha y cambiarse de ropa. Pensaba que su gran apetito se debía al ejercicio extenuante de hace aproximadamente una hora.

─ Ahora que lo mencionas, no es una mala idea. Salgamos a cenar!, qué te gustaría comer?, dijo Amy, que se encontraba revisando unos artículos que Mattias le había enviado para ponerse al día en su trabajo. Se sentía muy entusiasmada con volver al Instituto de Neurociencias.

─ Bueno, ya que hoy es martes, me gustaría comer una hamburguesa BBQ, término medio, con pepinillos, cebolla y queso, servidos como guarnición. Ohh, Aros de cebolla, también quiero aros de cebolla; esa era su orden habitual cuando cenaba con sus amigos, todos los martes en Cheesecake Factory. Amy lo sabía.

─ Awww!, hiciste que me acordara de Penny, me hace mucha falta. Los extraño a todos. Amy se entristeció de repente al recordar a sus amigos.

─ Sí, yo también los extraño, sobre todo a Leonard y Penny. Aunque Leonard siempre me saque de mis casillas y ella siempre tome mal mis órdenes y se demore mucho en traer mi comida, añadió Sheldon. No te pongas triste, pronto volveremos a estar con ellos. Es más, si quieres, mañana mismo nos vamos. Tú sólo tienes que pedírmelo.

─ No Sheldon, no es para tanto, solamente extraño mi hogar y tengo un poco de nostalgia. Eso es todo. Además, ya concerté con Mattias y el resto de investigadores del proyecto en que me quedaría por un mes más. Necesito que todo quede en orden y podremos volver a Pasadena.

─ Sí, ya lo sé. Te necesitan mucho en el proyecto, qué validez tendría sin tu aporte?. No se diga más, vamos a cenar. Por un momento Sheldon hubiera deseado que Amy se decidiera a regresar a Pasadena en ese mismo instante. Tenía que ser paciente. Además, no la estaban pasando nada mal, los dos solos. Tenía que reconocerlo.

Sheldon y Amy encontraron un lugar que llenó las expectativas del físico teórico a la hora de comer. El restaurante aprobado por Sheldon, se encontraba muy cerca de su departamento y Martina se los había recomendado hace unos días. Se veía muy pulcro y ordenado. Martina les había dicho que las hamburguesas que allí servían eran las mejores de Estocolmo. Sheldon revisaba el menú, antes de ordenar su cena habitual de los martes. Amy no consumía carnes rojas pero tenían otros platillos.

─ Mira Amy, tienen hamburguesas de pollo y hamburguesas vegetarianas también, dijo Sheldon señalando el menú.

─ Sí, ya veo. Creo que podría pedir una hamburguesa de pollo o... quizá pediré lo mismo que tú. Eso es, quiero una hamburguesa BBQ, término medio, con pepinillos, cebolla y queso a un lado. Y una porción doble de aros de cebolla. Amy estaba realmente hambrienta.

─ Amy, pero tú no comes carne roja, nunca. Creo que comer esto podría hacerte daño. Estás segura de que eso es lo que quieres para cenar?, preguntó Sheldon, extrañado por la inusual elección de comida de su novia.

─ Creo que es lo único que me gustaría comer en este momento. Definitivamente, tiene que ser eso!. Todo indica que tu hijo también sigue el esquema Sheldoniano de alimentación, respondió Amy, pensando que aunque habitualmente la carne roja no era de su agrado, no podía oponer resistencia a aquel antojo.

─ Veamos, esa necesidad imperiosa de comer carne, puede ser signo de anemia por deficiencia de hierro; creo que deberíamos llamar a Martina y preguntarle; solamente para estar seguros. Sheldon sacó el teléfono del bolsillo de su pantalón y aunque Amy trató de persuadirlo de lo contrario. Marcó el número de Martina.

El teléfono sonó y sonó sin respuesta. Sheldon marcó el número por dos ocasiones más.

─ Sheldon, la comida ya está servida. Tu hamburguesa se va a enfriar. Mañana podemos volver a llamar. Seguramente Martina no puede contestar. Amy degustaba su hamburguesa y sus aros de cebolla.

💞La Suma de las Posibilidades💞Shamy💞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora