💕Capítulo 18

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A pesar de ser las 7 de la mañana en Estocolmo, el cielo todavía estaba un poco oscuro. El clima era bastante frío. Amy se fijó en un reloj ubicado en el estacionamiento del aeropuerto que marcaba la hora y la temperatura, -7ºC (19ºF), parecería que su abrigo sería insuficiente para este clima.

Mattias vestía unos jeans azules desgastados con una camiseta blanca y una sudadera de color gris con capucha. ─ Hace un poco de frío, verdad?, dijo Mattias al ver a Amy frotar sus manos una contra la otra. Todavía tendremos un mes más de invierno, pero pronto verás que Estocolmo en primavera es maravilloso.

─ Claro, debe serlo, dijo Amy.

Cortésmente Mattias le abrió la puerta de su auto a Amy para que ocupara el asiento del pasajero, colocó el equipaje en la cajuela, ajustaron sus cinturones de seguridad y partieron con rumbo a la ciudad.

Amy se encontraba un poco inquieta, miraba la pantalla de su celular oscurecerse por falta de batería. Si no hubiese pasado horas enseñándole las fotos de Sheldon a Emma, la madre de la nena a la que Amy había logrado calmar cantando Soft Kitty, aún tendría batería. No podría comunicarse con Sheldon hasta llegar a su alojamiento.

Su jefa, la Dra. Cox había hecho arreglos para que se hospede en una de las residencias para profesores que existían muy cerca de la universidad, sería un departamento pequeño, de una sola habitación, con cocina y baño privados. Ya que éste se encontraba a corta distancia del campus, podría ir y venir caminando del Instituto de Neurociencias hasta su casa.

Amy se encontraba muy cansada por el viaje, fueron muchas horas de vuelo; solamente quería dormir y hablar con Sheldon, por supuesto. Se preguntaba que estaría haciendo él, siendo ya casi las once de la noche en Pasadena. Miraba por la ventana el paisaje, pequeñas casas, de distintos colores, muy parecidas entre sí, cubiertas con una fina capa de nieve en el techo, pinos y abedules con follaje de invierno. No podía poner mucho interés, su mente se encontraba lejos, con Sheldon.

─ Acabas de llegar y ya extrañas tu casa?, no es así?, preguntó Mattias, siempre sonriente y animado.

Al oír estas palabras, Amy súbitamente despertó de su letargo. Casi se había olvidado que se encontraba acompañada por el gentil profesor. ─ No es eso, estoy cansada por el viaje, eso es todo. Cuánto tiempo nos falta para llegar?

─ Pues... unos 40 minutos. Puedes tomarte el día de hoy para descansar de tu viaje, mañana te mostraré las instalaciones del Instituto de Neurociencias y comenzaremos a trabajar, respondió Mattias. ─ Haz estado en Suecia antes?, preguntó tratando de hacer conversación.

─ No, estuve en Noruega hace bastante tiempo, pero es la primera vez que estoy en Suecia, admitió Amy.

─ Pues estás de suerte, soy el mejor guía de turismo que te puedas imaginar. ¿Qué te parece comenzar por un buen desayuno?, preguntó Mattias.

─ No, gracias, desayuné en el avión, solo quisiera dormir un poco, respondió Amy.

─ Entiendo, entiendo, dijo Mattias asintiendo con la cabeza. ─ Quizá a la hora del almuerzo te sientas mejor, yo invito; añadió con su tono tan amable y encantador.

─ Sí, creo que sí, dijo Amy, sin querer ser descortés con su anfitrión.

Apenas con unos minutos de conocer a Amy, Mattias pudo darse cuenta de que ella estaba triste. Era evidente. Su mente parecía encontrarse en otra parte. Tal vez pensaba en su familia, prefirió no hacerle más preguntas.

Por fin, llegaron al edificio de departamentos donde Amy se hospedaría, en el número 3A. Amy y Mattias Johansson subieron al ascensor, él le ayudó con el equipaje y le entregó las llaves del departamento. Una vez allí, lo primero que hizo Amy fue cargar la batería su celular y su iPad. Esperaba que Sheldon todavía estuviera despierto, ya era de noche en Pasadena.

💞La Suma de las Posibilidades💞Shamy💞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora