Celos

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El novio de mi hermana llegó sin previo aviso.

Parecía un buen chico aunque tenía mi edad.

Él sí que estaba enamorado de Bonnie.

La miraba con reverencia y era tan delicado cuando la besaba o la tocaba que supe que no debía preocuparme por que mi hermana perdiera la virginidad en un largo rato.

Daniel era divertido, bastante, y, según lo que me dijo, conocía a Emma. Eran muy amigos.

Eso era una coincidencia genial porque podía preguntarle a alguien que la conociera bien sobre ella.

-¿Cuántos novios tuvo?-Murmuró para sí.-Mmm... Creo que unos cinco. Y algunos no duraron más de quince días. Así que yo no me preocuparía por la posibilidad de que regresen. Qué más... No es arriesgada y jamás desobedece.

Eso se parecía al panorama que ella misma daba sobre su personalidad.

-Oh, y es una romántica sin remedio. Si le dices que la amas y que es como una princesa que debes proteger, la tendrás rendida a tus pies.

Me sonrojé. Daniel había adivinado mis intenciones.

-Yo... Juro que no quiero hacerle daño.

-Confío en ti, pareces un buen chico. Pero no la lastimes porque te haré lamentarlo.

Asentí.

-Puedo decir lo mismo con respecto a mi hermana.

Los dos estrechamos nuestras manos. Ese fue el inicio de nuestra amistad.

Tocaron el timbre. Intrigado, me dirigí a abrir.

Y cuál no fue mi sorpresa al ver a Emma allí.

-¡Emma! ¿Qué haces aquí?-Pregunté con una sonrisa.

Ella me besó con rapidez.

-Dan me dijo que necesitaba unos apuntes y vine a traérselos.

-Suena sospechoso.

Emma me mostró el mensaje de texto de Daniel.

-Te creo. Digo que parece sospechoso que casualmente te haya hecho venir hasta aquí.

Sonrió.

-Lo sé. Pero supongo que puedo pasar.

¿Dónde estaban mis modales? A veces era tan idiota que me sorprendía a mí mismo.

-Lo lamento. Claro, pasa.

Emma sonrió y entró.

Cerré la puerta y vi a mi hermana dándole un abrazo y diciendo que por fin yo tenía novia.

Lo sabía. Me sonrojé rápidamente.

Daniel abrazó a Emma. La escena me causó un nudo en el estómago. Actuaban de forma tan familiar...

-Traje los apuntes.

-Eres mi salvación. Tenía clases y no llegaba a buscarlos a tu casa.

¿Por qué Emma tenía apuntes de él en su casa?

-No hay de qué.

-Eres un ángel.-Besó su frente.

Mi estómago se contrajo bruscamente. Bonnie me hizo reaccionar de un codazo.

-Son sólo amigos.

Su voz me sacó de mi trance.

-Lo sé, es sólo...

-Chist.

Emma me miró y esbozó una tímida sonrisa. El nudo fue prácticamente reemplazado por aquella sensación fogosa.

Su sonrisa [Grintson]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora