La resaca

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A la mañana siguiente me costó comprender por qué dormía junto a Emma y por qué llevaba puesta la ropa de la noche anterior.

Suspiré. Cierto.

Emma abrió los ojos y se tocó la frente.

-La resaca me está matando.-Dijo.

Sonreí y besé su frente.

-Buenos días.

Cerró los ojos y se mordió el labio inferior.

-Por favor dime que no vomité.

-Ehh...

-Por Dios. Dime que no tuvimos sexo.

-No.

-Gracias al cielo. Quiero decir, no gracias al cielo.-Se corrigió.-Es que quiero estar sobria cuando lo haga.

Reí.

-Y dime si es cierto que Amelie te besó o si lo soñé.

Asentí.

-Pero la aparté.-Murmuré estrechándola entre mis brazos.-Tengo ojos sólo para una chica guapa con preciosa sonrisa.

Se sonrojó.

-No es que quiera echarte pero si mis padres despiertan y te ven aquí puedes darte por muerto.

Sonreí.

-Deben recordar que soy cortés, de la primera vez que nos vimos.

Emma rió.

-Pero no quiero que me regañen por la resaca. Sólo... Necesito estar sola.

Asentí. La comprendía perfectamente.

Besé su frente.

-Entiendo. Me iré ahora mismo.

Emma me miró para corroborar que no estuviera ofendido.

-Yo... No es que... No tiene nada que ver contigo.-Susurró.-Soy yo...

-Te entiendo, en serio. Además, tengo que corroborar si Bonnie sigue viva.

Emma asintió sonriendo.

-No iré a ese bar otra vez.

-Apoyo la moción.

Reímos y ella me miró fijamente.

-Gracias por cuidar de mí.-Murmuró besando mis labios suavemente.-Comprendo lo poco femenina que debí verme.

-No me importa.

-Quería... Sexo.-Se tomó la cabeza.-Creí que si me vestía así y tenía un par de copas encima me desvestirías por fin. Pero me equivoqué. Eres demasiado caballeroso.

Sonreí y acaricié su mejilla.

-No necesito explicaciones, en serio.

-Quiero... Te deseo. No sé qué me pasa, nunca me siento así, nunca me siento tan... Deseosa cuando estoy con alguien. Mi corazón no deja de golpear mi pecho con violencia y... Y me pierdo en tus ojos... Estoy delirando. Tienes que irte antes que diga que quiero casarme contigo.

-Yo sí quisiera hacerlo.

-No digas eso, nos conocimos hace una semana. Me duele la cabeza y necesito una aspirina.

Sonreí y la besé.

-Mi pequeña Emma asumiendo las consecuencias de su borrachera. Y aún así eres lo más sexy que he visto.

-Rupert, ya vete.

Reí.

-Te quiero.-Murmuré en su oído antes de levantarme.

Emma sonrió.

-Escríbeme.-Pidió.-Quiero saber cómo está Bonnie.

Sonreí.

-Dalo por hecho.

Su sonrisa [Grintson]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora