Estacionamos frente a la casa de Emma a las cuatro y media. Mis padres me asesinarían cuando llegara a casa.
Ella no había pronunciado ni una sola palabra en todo el viaje.
-¿Estás bien?-Pregunté.-¿Te hizo daño?
Emma negó con la cabeza y tomó mi rostro para besarme.
-Me salvaste la vida. Estaba borracho, podría haberme matado. ¿Cómo podré agradecerte?
Sonreí.
-¿Te importaría darme tu número?
Ella sonrió. Tomó mi móvil y se agendó en los contactos.
-Espero recibir noticias pronto.
Asentí y la besé. Dejé que mis instintos tomaran el control de la situación y ella se pasó al asiento de atrás para separarse de mí con expresión seductora. La imité aprovechando que los vidrios estaban polarizados y me acosté sobre ella.
Emma enredó sus manos en mi cabello y besé su cuello con intensidad.
De verdad la deseaba.
Nunca me había ocurrido el desear así a una mujer.
Acarició mi espalda y su mano se coló por debajo de mi camiseta. Me sentía caliente. Muy caliente. Iba a explotar en cualquier momento.
-Emma...
-Mmm...
-¿No prefieres venir conmigo a casa? Mi cama quiere conocerte.
¿Desde cuándo era tan seductor?
-Suena sexy.-Ella mordió mi labio inferior.-Pero no puedo.
-¿Por qué?
Su boca se apoderó de mi cuello y susurró en mi oído:
-Mis padres deben estar buscándome... No puedo desaparecer. Y si además aparezco en tu cuarto dudo que me permitan volver a salir.
-¿Qué tan a menudo te escapas?
-Nunca.-Rió.-Hay una primera vez para todo.
Sonreí.
-Emma...
-Puedes llamarme Em.
Mi sonrisa se acentuó.
-Sexy y seductor. Como tu sonrisa. Me reservaré ese apodo para cuando estés gimiendo por más.
Acarició mi rostro.
-Rupert.-Susurró.-¿Prometes que volveré a verte?
Asentí con fervor.
-Lo prometo.
Ella me besó una vez más y se sentó. Lanzándome una última mirada, la vi salir del coche.
Necesitaba regresar a casa enseguida, por dos motivos:
A) Mis padres debían de estar preocupados y furiosos.
B) Necesitaba urgentemente darme una ducha fría.
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Su sonrisa [Grintson]
Fiksi PenggemarOdiaba las tontas cenas de mis padres. Solían invitar a miles de personas y yo jamás conocía a ninguna. De vez en cuando me dejaban invitar a uno o dos de mis amigos pero no era esa la ocasión. -Rupert.-Mi madre me hizo una seña.-Ellos son los señor...