Su sonrisa [Grintson]

La discoteca

La discoteca estaba prácticamente cerrada porque sólo estaban los invitados a la fiesta de aniversario de Amelie y Chris. Sin embargo, debía reconocer que había mucha gente. Muchísima. No más de la que había habitualmente, pero sí más de la que yo conocía.

Emma se había cambiado en el coche. Estaba realmente perfecta. Ropa sencilla y discreta, y sin embargo, mi pantalón apretado me recordaba que mi mente no la encontraba discreta.

Emma se bajó y tomó mi brazo en un gesto de familiaridad que me encantó.

Mis padres iban a matarme cuando, puntualmente a las tres, los invitados se marcharan y ni Emma ni yo apareciéramos en ninguna parte.

-Recuerda que tienes que fingir que nos conocemos desde hace meses. Y deberías saber que... Chris es mi ex.

Fruncí el ceño.

¿Emma quería causarle celos a Chris?

No me encontraba en posición de ser celoso, pero...

-De verdad, ¿por qué viniste?

Suspiró.

-No siento nada por él, no te equivoques. Pero antes de botarme en la calle de una patada me dijo que era una perra y que ningún hombre jamás se fijaría en mí. Y quizás tenga razón... Pero no dejaré que él mismo lo crea.

Miré a ambos lados de la discoteca. No podía enfrentar a mi mejor amigo con Emma tan triste.

Entrelacé su mano con la mía.

-¿Bailas?

Sonrió.

-Está bien.

Me acerqué a su cuerpo y susurré, mientras enredaba su cabello suave en mis dedos:

-Por supuesto que se equivocó. Créeme, él es un idiota y cuando dijo eso no sabía lo que hacía.

Sonrió otra vez y me miró agradecida.

-Te lo agradezco mucho.

-No tienes nada que agradecer. Sólo ruega que mis padres no me asesinen por...

-...Desaparecer secuestrándote.-Acabó ella riendo.

Reímos juntos.

Alguien chocó con nosotros y derramó su trago sobre los hombros de Emma.

-¡Lo siento!-Era Amelie.

Miré los ojos castaños y fruncí el ceño. Me quité el saco y lo puse sobre sus hombros.

-No quiero que te enfermes.

Emma sonrió.

-¿Rupert?-Preguntó la que, hasta hacía pocas horas, había sido la chica que me gustaba.

-Hola, Amelie.

-¿Qué haces aquí?

-Chris me invitó.-Mentí.-¿Dónde está? Vine a saludarlo.

Ella sonrió. Su sonrisa no me provocó el usual cosquilleo, no después de ver a Emma sonreír.

-Está allí detrás con los demás invitados. Pero no es necesario que vayas ahora. ¡Bailemos!

Amelie tiró de mí y comenzó a bailar. Hacía exactamente tres horas que me habría vuelto loco por eso, pero saber que mi mejor amigo me había traicionado por ella me impedía disfrutar. Eso y que Emma miraba risueña.

-Lo siento, estoy sólo de paso. Saludaré a Chris y me iré.-Dije.

Ella pareció ofenderse.

-No quieres bailar.