Sueños Oscuros, Claras Pesadillas

16-La Clínica

Veo un edificio que tiene el emblema de una clínica, así que Huk y yo decidimos ir.
Al llegar, una señora muy amable nos atiende.
—Qué tiene?
—Una contusión por caída de un barranco, sangra por la cabeza —respondo.
—Está bien, es una durmiente, cierto?
—Así es, se pondrá bien?
—Te aseguro que sí, no tardará en mejorarse. Ya que están aquí en la capital, podrían pasearse por la academia de policía, estoy segura de que a la capitán Pemy le dará gusto verlos.
—Tal vez después... Espere, estamos en la capital?
—Precisamente, si han viajado tanto como para caer de un barranco, deben buscar al profesor Nuk, o me equivoco?
—No, lo estamos buscando desde hace un buen tiempo, sabe dónde podríamos encontrarlo?
—En el puesto de policía principal de la capital.
—Disculpe, cómo es que sabe toda ésta información? —interviene Huk.
—En la capital, todos debemos tener buen conocimiento de muchas cosas, todos.
—Muchas gracias —concluyo.
—Fué todo un placer.

Esperamos unas horas en la sala de espera, teníamos tantos nervios por July que ninguno habló todo ese tiempo. Un bebé lloraba, me estresé al notar que la madre no quería hacer nada para que se callase, y entonces entendí que el bebé y yo eramos, de cierto modo, iguales, ya que él también tenía el mismo estrés que yo, sólo que a él no se le ha inculcado el pensamiento de que no debe expresar sus intereses personales, si no me hubieran inculcado eso a mí, me encontraría gritando y pataleando porque no aguanto más estar aquí.

—Ustedes son los acompañantes de la durmiente? —pregunta un hombre alto con bata azul.
—Así es, está mejor?
—Si, pero tiene que reposar una noche al menos aquí, si ustedes no tienen dónde quedarse pueden ir a la academia, estoy seguro de que serán bien recibidos en sus instalaciones.
—Dónde queda la academia?
—Sólo a unas pocas manzanas de aquí, no tardarán en llegar caminando.
—Gracias por todo, nos veremos mañana —concluyo, y él hace una inclinación con la cabeza, lo interpreto como un 'de nada'.

Caminamos por las malditas calles más largas que he visto en la vida, sí estaba a unas pocas manzanas, sólo que éstas manzanas equivalían a unas 20 cada una.
—Maldito doctor —comento.
—Cuando lo vea otra vez le atinaré un puño —concluye Huk.
—Al menos ya llegamos a la academia...