Sueños Oscuros, Claras Pesadillas

27-Robos Fríos

Al caer la noche Kein se quedó dormido, lo dejé dormir un par de horas antes de despertarlo.
—Hey!, ya es hora.
—Hora de qué?, para qué me despertaste? soñaba con el amor de mi vida.
—Lamento que ese sueño no pueda hacerse realidad nunca, pero tenemos que irnos a verificar el tema de las puertas cerradas.
—Está bien, solo déjame despertarme por completo—se voltea y se queda dormido... lo golpeo.
—YA!!!, ya me levanto, no me golpees.
—Rápido.

Nos levantamos y procedemos silenciosamente a caminar por el pasillo para llegar a una de las puertas. Al llegar a una no supimos qué hacer, por lo que tuvimos que improvisar; vimos una vara en el suelo e intentamos abrir la puerta con ella. Se partió.
—Y si buscamos en la recámara del monje?—pregunta Kein.
—Será peligroso, pero no veo otra opción.

Entramos en una habitación grande y con una cama que no era muy pequeña tampoco. Miro a Kein con esperanza de que supiera dónde podría ocultar las llaves. Visualiza el cuarto hasta que señala hacia donde veo un reflejo de luz, en definitiva son las llaves.
Con mucho cuidado sacamos las llaves de un cajón al lado de la cama. Salimos sin cerrar la puerta, al llegar al pasillo vemos que alguien acaba de pasar por él, no lo identificamos, decidimos seguirlo lentamente. Al final llega a una de las puertas que estaban cerradas, entra con una llave. Cierra al entrar.

Intentamos abrir la puerta con las llaves, pero ninguna era la indicada.
—Joder!, cómo podremos entrar allí?—digo.
—Mira!—señala una abertura lo suficientemente grande como para que podamos entrar algo forzados. Las ventajas de ser enano. No!!! me dije enano!
Nos subimos como podemos y nos las arreglamos para entrar, al bajar, estamos en una habitación llena de oro a montones, lo que me sorprende es ver que el monje está allí, creí que estaba en su recámara.

—Monje Fayus?—se me adelanta Kein.
—Qué hacen ustedes aquí?! Ahora no se irán tan fácil—separamos nuestras manos listos para atacar, pero caímos desmayados.
Al despertar veo a Kein mi lado en el suelo, veo que estamos en una jaula y que el monje está en la misma habitación.
—Por qué hace esto?—exclamo.
—Para enriquecerme más y más, no le doy nada al pueblo porque no creo que se lo merezcan, son sólo unos ingenuos por creer todo lo que digo sobre la religión...
—ESO ES TODO LO QUE QUERÍA ESCUCHAR!!!—dice alguien antes de lanzar una bola de fuego contra Fayus.
La reconozco...
—Leyla?