7-La Confesión

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—Hubo miles de muertos durante guerras pasadas, todas organizadas por los sueños, y defendidas por las pesadillas al lado de los durmientes, en total han sido once guerras, sólo por territorio, la número diez fue la peor, hicieron experimentos con ambulatis, cruzaron razas y terminaron naciendo híbridos asquerosamente feos.

—Estuviste en ésa guerra?

—Lamentablemente, si.

—Debiste matar cientos de sueños, tienes una fuerza increíble, las pesadillas normalmente tienen tanta fuerza?

—No soy una pesadilla, es todo lo que te diré ahora.

—Eres un sueño?

—Tampoco lo soy, no hagas más preguntas.

Caminamos por ése bosque en llamas por mucho rato, hasta que algo se topó en nuestro camino. Un par de hombres con la cabeza tapada por una máscara venían hacia nosotros, aún no habían detectado nuestra presencia, así que Shay me agarró del brazo y me llevó hasta detrás de unos árboles.

—No hagas ruido.

Iban cruzando el camino y ya se estaban yendo.

—Son sueños, cierto???

Entonces, uno de los hombres me escuchó, se volteó hacia mí y me señaló, supe que tendríamos problemas. El otro hombre sacó una especie de daga electrificada, pero los rayos que desprendía eran negros, luego el otro se abalanzó sobre mí y me puso una mano en el cuello, Shay mientras tanto era apresada con cadenas. Recordé que tengo rayos, así que los usé contra el hombre que tenía presa a Shay, sin embargo, también le hicieron daño a ella, que se debilitó rápidamente. Mi opresor al ver los rayos rápidamente sacó unas cadenas azules y me las puso en las manos, lo iba a electrocutar con todas mis fuerzas, pero no salían mis poderes.

—Son esposas a prueba de electricidad, muchacho -dijo una voz muy gruesa.

Salieron los rayos al fin, pero me electrocutaron a mí, lo que me provocó un desmayo inmediato.

—Despierta!!!, Dray. Hoy no tienes colegio, pero debes ir al instituto con Huk.

Miré el reloj, 11am. Me levanté de mi cama, me alisté para salir de la casa y me fui directo a casa de Huk.

Decido contarle a Huk lo sucedido en el mundo de los sueños.
—No te creo, dudo muchísimo que me digas la verdad.

—Es cierto, cada palabra, pero no tenía nadie más a quien contarle.

—Cómo me lo puedes probar?

—Te sané, por eso estás aquí con el brazo sano, no te parece suficiente prueba?

—Es mejor que la teoría que me dio el doctor de un supuesto milagro.

—...

—Significa que como soy pelirrojo mi cabello sería diferente allá?, Interesante

—Lamento no haberte contado antes, pensaba que sólo había sido un sueño, pero parece que es más que eso, es mucho más grande que tú, o que yo.

—Explícame más detalles en el instituto, se nos hizo tarde... igual que en el colegio.

Sueños Oscuros, Claras PesadillasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora