25-Colmillos Negros

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Entonces nos abrimos camino entre los arbustos altos y empezamos a caminar por un gran camino paralelo a un río. Más adelante puedo con mi poca vista divisar un cartel.

—'No se acerque nadie, por ninguna circunstancia'— leo.

—Todo fue mi culpa, me dejé llevar por la lindura de esa niña, ahora estamos aquí posiblemente ya muertos con ganas de no toparnos con algo peor que ella— dice arrepentido, veo algo sobre su hombro, Fysse le lanza una bola de nieve azul.

—UNA SERPIENTE!!!— grita July.

Gritar hace que Kein se altere, por lo que la arroja y no deja que la bola de nieve le dé, aunque la criatura logra darle una buena mordida en el brazo antes, Fysse la persigue y le da una paliza, aunque no veo mucho porque estoy concentrado en la herida de Kein.

—Qué color era?!!!— pregunta Kein.

—Era negra— responde July.

—No puede ser, NO PUEDE SER!!!

—QUÉ OCURRE?— pregunto.

—SI ERA NEGRA YA ESTOY MUERTO, ME QUEDAN POR MUCHO DOS DÍAS!!!

—Cómo sabes eso?— dice July.

—Es una 'nigrum mortem', una así mordió a mi padre y no le dieron el antídoto a tiempo, falleció a las treinta y seis horas.

—En ése caso, no hay tiempo que perder— afirmo—. Saldremos de éste bosque lo más rápido posible y te juro que no dejaré que mueras.

Aceleramos el paso al punto de correr, aunque por el camino July tropieza con algo.

—Ayuda!!!— dice, cuando me doy cuenta, una planta la está agarrando de la pierna.

No lo dudo un segundo y corro en su auxilio, luego un de planta más grande la golpea en la cabeza, sangra y queda inconsciente. Congelo a la criatura y luego la destrozo con una patada, llevo a July en mis brazos mientras caminamos hasta llegar al final del bosque, veo salir el sol de nuevo, lo que me indica que ya estamos muy cansados, caigo rendido sobre una colina, lo que hace que me lastime los brazos por llevar a July entre ellos, me quedo con la duda de si estará en el mundo humano, o estará en un trance.

—Veo algo a lo lejos, qué es?

—Es el castillo del reino soñador, es pequeño en comparación con los otros dos, pero éste es el que quiere invadir la capitana por ahora, porque sabe que si no lo hacemos seguirán desplegando fuerzas hacia la capital como lo han estado haciendo desde hace semanas.

—No creí que tuviera que entrar a un castillo con toda esa seguridad— digo señalando un ejército ubicado el frente del castillo, además de ver francotiradores en cada esquina.

—Prácticamente nos están usando— dice quitándose nuestra mascota del brazo, se había recostado en él.

—Exacto, y dudo que no hagan lo mismo con los otros dos castillos...

Sueños Oscuros, Claras PesadillasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora