15

102 30 7
                                    

Continuaba aún allí, varado en el intenso tráfico, manteniéndose atrapado en éste durante un rato, en su cabeza maldecía el no poder llegar a tiempo a casa o al funeral, daba golpes cada tanto al volante hasta que después de una hora ahí metido logró salir y conducir hasta la casa del chico de cabello oscuro.

—Gracias por la ayuda, Mark—sonrió.

—Ya iba a irme Hoseok, menos mal que llegaste—se rascó la nuca.

—Culpa al tráfico.

—Quien te crea esa excusa...—Hoseok rodó los ojos.

Dio una suave palmada en la espalda de su amigo, agradeciéndole por haberle prestado el traje que usaría su pequeño príncipe, TaeHyung. Caminaba de vuelta al automóvil con  traje en mano, encendiendo el vehículo y poniéndolo en marcha para volver a casa.

Diez minutos bastaron para llegar a casa, apresurándose lo más que podía para que el jovencito pudiese vestirse, esperaba ya no tener ningún otro inconveniente.

Entró a su hogar, sintiendo de nuevo como el silencio reinaba completamente, era extraño, TaeHyung siempre se mantenía haciendo algo y tarareando canciones, ¿Dónde estaba el pequeño? De reino pudo divisar una pequeña nota escrita con una bonita caligrafía, se acercó y la tomo entre sus manos, leyendo con atención lo que decía en ésta.

Un problema surgió, voy a ayudar a mi mejor amigo, perdón por dejarlo solo Hyung :(”

Att: TaeTae

(...)

El joven TaeHyung se hallaba en un autobús, ya muy lejos de la casa de su profesor. Se había vestido apurado mientras miraba a cada minuto su celular revisando la hora y por último la dirección de la casa de YoonGi que JiMin le había enviado por mensaje, cargaba en sus hombros su mochila rosado pálido, su uniforme y demás cosas que solían estar en tal mochila fueron arrojados sobre la cama de su mayor.

(...)

A pocos metros de Hoseok se hallaba SeokJin, quien al verlo solo se acercó para darle un cálido abrazo—lo necesitaba—se notaba que no había podido dormir, sus ojos hinchados y su nariz enrojecida también dejaban ver que aún antes del funeral había estado llorando.

Las personas cada vez eran más, cada tanto llegaban grupos más grandes de aparentes amigos, familiares o quizás conocidos de Kim, sus padres se hallaban sentados en las primeras sillas, junto a Jin.

Quedó solo junto a la caja de madera pintada de blanco, donde descansaba el cuerpo sin vida de su compañero, se acercó a ésta y pudo verle, “No lo merecías Nam, aún tenías más para dar”, pensaba mientras acariciaba el vidrio que cubría la parte de arriba del ataúd, sintiendo sus ojos humedecer de nuevo, intentando reprimir aquellas lágrimas rebeldes que querían escapar de sus ojos; pero era imposible, le dolía verle de esa manera, dentro de esa caja, el corazón le palpitaba de manera tan acelerada que en algún momento llegó a pensar que se saldría de su pecho. Su hermano, al que le había contado todo de sí, quien lo conocía a la perfección y en quien confiaba plenamente estaba ahí, su alma ausente y su piel pálida, sus ojos cerrados y aquel olor a cloroformo que no le importaba seguir inhalando sí podía compartir unos segundos más con él, antes de tener que decirle adiós para siempre.

Se separó de la caja, secando una de las lágrimas que logró escaparse de sus ojos, acomodándose en uno de los asientos mientras el sacerdote daba una pequeña misa en honor a Kim NamJoon. Aunque su cuerpo se encontraba ahí, su mente divagaba entre el ayer; cada segundo era más fuerte el dolor, e inminente la pérdida del joven que lo conocía como nadie, a quien conocía mejor que a sí mismo.

¿Por qué ? ¿Por qué ahora?

Tenía tantas ganas de celebrar contigo la boda que planeabas junto a Mark para Jin, quería presentarte al pequeño que ahora forma parte de mi vida, me había imaginado muchas veces a Jin con un pequeño niño en brazos, mientras jugabas a la pelota con otro... Jin, él está destrozado como yo, ¿Qué será de ése torbellino rosa si no estás?

—Desde que conocí a NamJoon—ahora Jin estaba parado junto al ataúd—algo muy bonito salía de mí, ese joven siempre hallaba la manera de hacerme sonreír; y de alguna forma u otra hacerme olvidar al vanidoso yo. Siempre estuvimos el uno para el otro, pero por mucho que anhelas la felicidad, la vida tenía otros planes para él.

Hoseok sabía cuanto había intentado Jin contener el llanto, pero el dolor le ganó, su voz temblorosa y sus ojos humedecidos. El silencio de unos segundos se convirtió en el llanto del mayor quién hipeaba intentando mantener la calma, mirando el anillo con pedrería color salmón que reposaba en su dedo índice, ya se lo había propuesto.

—Siempre estuvo cuando necesitaba que alguien me hiciera compañía, era mi mejor amigo, y el mejor hombre que cualquiera pudiese pedir. Y yo sé que éste ni será un “hasta nunca”, sino un “hasta pronto” para mi amado NamJoonie, una corta despedida para pronto volverlo a ver—volteó su cabeza en dirección a la caja de madera—te amo, Nam... Ahora—miró a Hoseok—me gustaría que Hoseok, su mejor amigo dijera unas palabras.

Al decir aquello, el mencionado de inmediato se levantó, caminando hacía Jin y el ataúd, dándole un abrazo seguido de un “Todo estará bien” en susurro, para que después el mayor se dirigiera a su asiento. Sus manos temblaban y sentía como en cualquier momento rompería en llanto.

—Conocí a NamJoon cuando estábamos en la primaria, él era un chico bastante intimidante, a los ojos de todos era como un bravucón, cuando en realidad era un chico con un carácter muy temperamental. Cuando estábamos en la secundaria me ayudó mucho en las materias que me costaban, hicimos muchas travesuras y también nos escapamos en bastantes ocasiones para que ese idiota enamorado pudiese reunirse con éste joven aquí sentado—Señaló SeokJin, soltando una risilla que contagió al mayor—Y aunque muchas veces era un jodido cabeza dura y un necio, siempre podías contar con él. No importaba cuántas veces nos mandamos a la mierda mutuamente siempre estuvimos el uno para el otro. NamJoon más que un amigo fue un hermano, sus consejos los llevaré presentes en cada acción que lleve a cabo en mi vida. Y por supuesto el recuerdo que una gran persona como lo fue Kim NamJoon.




capítulo sad.

Caramel Heart - HopeV.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora