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Qué débil era, no podía evitar caer en la tentación de sus suaves y rosados labios, de su sonrisa, de su cuerpo y de esas piernas que moriría por acariciar con sus manos.

Una nueva sensación invadió al cuerpo del pequeño, su corazón latía con rapidez y parecía no querer parar. Su Hyung dejó de besarlo, ahora se dedicaba a observar su anatomía, una sonrisa apareció en el rostro del mayor parecía que intentaba no hacer incómodo el ambiente después de lo que había acabado de pasar. El menor tocó sus labios con sus dedos aun atónito, sus mejillas estaban coloradas, podríamos decir que era un lindo tomate con piernas.

—Hyung...—paso saliva en seco—O-otra vez...—jalo la camisa de el mencionado un poco, insistiendo.

Mientras tanto el otro no podía evitar sonreír, los labios del más pequeño eran lo mejor que había probado, y no era solo eso, le había correspondido y además quería repetirlo. Sus manos esta vez se posicionaron en su cintura, atrayendo el cuerpo del menor hacia el suyo, acercando sus rostros y plantando otro beso en los labios levemente enrojecidos, moviendo despacio los suyos guiando al pequeño, quien torpemente intentaba seguir su ritmo.

Se siente muy bien, eso era todo en lo que podía pensar el de cabellera castaña, sus labios tenían un sabor a fresas que sin duda alguna a TaeHyung le encantaba, nunca antes había pensado en poner sus labios sobre los de alguien más, Hoseok hacía cosas que para él eran demasiado nuevas. Se separaron debido a la falta de aire, ambos cruzaban miradas y se observaban con detalle, específicamente centraban su vista en los labios del otro, Hoseok miraba los labios de el menor con tentación, como si de un dulce caramelo se tratase. El pequeño escondió su rostro entre el espacio que quedaba en el cuello y hombros del mayor mientras sus manos se posicionaban sobre su pecho. No entendía que había acabado de hacer ¿Cómo se le llamaba a esto?

—Oiga Hyung, m-me gustaría saber ¿Por qué hizo eso?—río nervioso.

—Por que era necesario.

"Por que era necesario" sus palabras rondaban por la cabeza del menor, parecía que no quería darle una respuesta clara. Hyung, termino de ponerle el pantalón acomodando bien su pijama y dirigiendo su vista nuevamente a el chico castaño.

—¿T...te gusto, TaeTae?

—Y-yo...¿A...a usted le gusto, Hyung?

Las manos grandes de el mayor se mantenían sobre sus piernas, estáticas pero inquietas a la vez, estar junto a el jovencito después de haberle besado dos veces le causaba un sentimiento que no había experimentado desde hace mucho: Nervios.

—S...si TaeHyung, me gusto.

No se hallaba así mismo, quería desviar su mirada, irse o no hablar más del tema, era raro volver a sentir tal sensación.

—E-entonces...supongo que no le importará que lo haga...de nuevo.

No pasó mucho tiempo para volver a sentir los labios del menor unirse con los suyos—de nuevo—de una manera más ágil y atrevida, donde sus lenguas jugueteaban buscando el dominio de la otra, sus manos en la cintura del joven se deslizaban por el dorso de su camisa, acariciando su espalda. Su boca dejaba un camino de besos hasta llegar a el fino cuello del contrario, donde algunas mordidas y chupones no se hicieron esperar. La ropa comenzaba a estorbar, y las manos de Hoseok se movían por la espalda del otro bajándolas y dejándolas en su suave y redondo trasero; apretando éste mientras continuaba besando con lujuria su cuello.

Para TaeHyung eran sensaciones completamente nuevas, sensaciones que jamás había sentido en su vida, el tacto de la piel del mayo con la suya le encantaba. Después del apretón en su trasero, un sonido nuevo fue emitido por sus cuerdas vocales, uno que jamás había escuchado y que al parecer a su Hyung le gusto mucho; sin embargo, no iba a continuar, le encantaba, pero Hoseok se estaba aprovechando de su inocencia.

Los gemidos de el jovencito hacían que la bestia hambrienta de deseo que dormía en Jung despertase, haciéndole perder todo rastro de cordura, más las palabras del otro le hicieron parar en seco.

—H-Hyung—lo llamó con dificultad—p-pare...¿Qu-qué estamos haciendo?

—¿Alguna vez has tenido un orgasmo?

Ignoró la pregunta del menor haciendo otra. Aunque no supiera lo que sucedía su cuerpo sí, pues de reojo se notaba un bulto entre sus piernas.

—No—negó con la cabeza mientras hacía un puchero.

No había entendido bien la pregunta, ¿Orgasmo?

—¿Te duele?—preguntó el mayor, refiriéndose a la erección en medio de sus piernas, la cual miraba con lujuria, pensar que él era el causante de tal reacción lo excitaba de sobre manera.

—Yo sé cómo puedes dejar de sentir ese dolor, ¿Quieres que te ayude?

Amablemente se ofreció a darle el primer orgasmo de su vida. El jovencito le miraba con inocencia, tanta como la que día a día desbordaba, tanta que él no tenía idea de que estaba sucediendo en su interior; el cuerpo del menor lo deseaba tanto como él.

Pronto el chiquillo no tendría la mente tan sana.

—Prometo que no te haré daño.

—Y-yo...

En estos momentos, el cuerpo del menor se encontraba muy sensible, apenas su piel sintió el contacto de la mano del contrario sobre su pierna, soltó ese sonido que a el mayor le volvía loco. Dolía mucho y si...él decía que no le haría daño...todo estaría bien ¿Verdad?. Asintió a lo que el de cabello azabache respondió con una sonrisa, cada vez sus manos se acercaban más a su entrepierna, aunque quería que el dolor se fuese, tenía miedo por que no estaba seguro de lo que iba a  hacer Hoseok Hyung exactamente.

En eso, un grito desgarrador se escuchó provenir del sótano.






Caramel Heart - HopeV.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora