Parte 11 situaciones sin control

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-¿Da...David?- sus ojos me miran fijamente quizás con añoranza ya que brillan sumamente y yo dejo a un lado los nervios y me levanto del asiento rápidamente para acercarme y darle un abrazo rápidamente de forma involuntaria no importa si me rechaza.- ¡David! Cuanto tiempo.-me cuelgo de su cuello y siento como el corresponde a mi abrazo ya que siento sus brazos alrededor de mi cintura. Luego de unos segundos recuerdo a un peculiar hombre ubicado detrás de mí y me retiro de David lentamente. Miro a Mathias quien nos mira sin expresión en su rostro. ¿Se habrá molestado?

-¿Cómo estas princesa?-me pregunta David haciendo que fije mi vista en él. En sus labios hay una tenue silueta forma de una sonrisa. Lo observo, tiene un poco de barba pero muy corta haciendo que se vea un poco más adulto y serio pero sus ojos siguen siendo los mismos dulces y trasparentes de siempre. Esta alto, muy alto ya que le llego apenas hacia la comisura de su barbilla, lleva puesto un jeans celeste con un suéter manga larga blanco ajustado y en su muñeca izquierda un reloj plateado y zapatos a juego. Sin dudas muy guapo.

-bien...bien gracias ¿y tú? ¿Qué tal todo?-pregunto mirándolo con ternura. ¡Hace tanto que no lo veía!

-todo bien-dice mira a su padre y luego me mira a mí- pensé que irías al trabajo, papa-su ceño se frunce un poco y siento como al incomodad nos invade a los tres.

Mierda, mierda, mierda.

-y así fue, Salí hace rato decidí venir al centro comercial a comprar unas cosas y me he encontrado con alma-Mathias habla con neutralidad sin ninguna pisca de preocupación, su expresión es firme y su voz igual logrando que sus palabras sean fuertes y creídas, David me mira a mi tratando de encontrar en mis ojos la verdad.

-si...si así es-sonrió tratando de que David me crea- he venido a comprarme un celular ya que el mío se dañó, mira-le muestro mi celular viejo David lo toma en sus manos.

-valla, lo haz destrozado.

-la verdad si, fue un...accidente. Y la verdad me urgía otro celular.

David toma asiento frente a su padre y miro a los dos sentados uno frente del otro y una batalla interna nace dentro de mi ¿Dónde diablos debo tomar haciendo ahora? Del lado de David al que tengo años sin ver o del lado de mi guapo hombre que me está mirando seriamente.

¡Demonios!

David, Mathias...Mathias, David.

¡Al carajo!

Tomo asiento al lado de Mathias pero no muy cerca de él. David mira el celular viejo y luego observa el nuevo lo toma en sus manos.

-valla, un j7 prime. Esta hermoso. ¿Cuánto te ha costado?-siento como al respiración se me paraliza. Su voz es dudosa y se evidencia la curiosidad, sé que está dudando lo sé. Nos mira a ambos.

-lo suficientemente costoso para saber que debo cuidarlo con mi vida ya que he tenido que vender mis prendas para comprarlo-miento.

Que mentirosa eres alma, muy mentirosa. Te has ganado un premio nobel por las mentiras que has dicho en tu vida, a tu madre, a Javier y ahora a David. Sin recordar que le has mentido a medio mundo. Me dice una voz en mi cabeza.

-entiendo-dice David no muy convencido mirando aun el celular en sus manos.

-la verdad es que, he decidido venir sola y casualmente me he encontrado con Mathias por los pasillos, no soy muy buena con la cuestión de celulares y gracias a él pude escoger uno que me gustar y salga en buen estado-sonrió, David me mira y sonríe, me entrega el celular. ¡Me ha creído! no puedo creer en que momento me he convertido en una mentirosa patológica.

-es un muy buen teléfono.-especifica- tengo uno igual-me dice mientras me muestra el suyo.

-que espectacular.

Almas GemelasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora