Almas Gemelas

Parte 13. Perdón y Gracias, David...

David me mira con asombro, con sorpresa, desconcierto. Esta pasmado sin decir una palabra... Esta mudo, estático, paralizado parece una momia...

Por favor, Dios. Envíame la muerte o desaparéceme de este planeta.

Mi cerebro no procesa ninguna información, no sé qué decir o que hacer. Quisiera salir corriendo pero mis piernas están dormidas. No puedo dejar de mirarlo y él no puede quitar sus ojos llenos de confusión de los míos.

Nadie habla, ningunos de los tres hace el mínimo movimiento de hacerlo. Un silencio sepulcral nos invade.

De pronto observo como David se gira rápidamente y se va de allí dejándonos solas a Carla y a mí. Siento mi corazón latir fuertemente y como la respiración llega a mis pulmones, sujeto mi cabeza con fuerza con ambas manos, siento como el desespero me invade poco a poco y como las lágrimas llegan a mis ojos dejo salir un grito ahogado.

Carla se acerca a mí y me abraza fuertemente y yo tapo mi cara con ambas manos. ¡Dios mío! ¿Qué debe de estar pasando por la mente de David en estos momentos? ¿Qué pensara de mí? Debe creer que soy la peor mujer del mundo... que soy una cualquiera, una regalada.

-me va a odiar...me va a detestar...-susurro con dolor en mis palabras.

-calma, alma. Es mi culpa no debí hablar yo...-niego con mi cabeza.

-no. No fue tu culpa. Solo sucedió...ni siquiera vi cuando llego.-trato de hablar pero siento como mi voz no quiere salir, apenas es un susurro de aliento para Carla pero quiero calmarme y alentarme yo misma, lo cual no consigo. De pronto una idea llega a mi mente y hace que me separe de Carla para mirarla con asombro.

-¿Qué sucede? ¿Qué pasa?-pregunta rápidamente.

-Mathias...-pronuncio...-si Mathias se entera...-tapo mi boca con mi mano derecha mientras miro a todos lados tratando de pensar.

-tranquila, alma. Tranquila, por favor. Solo espera haber que sucede.-me dice en modo de consuelo. Paso mi mano sobre mi cabello repetidamente sé que estoy desesperada y preocupada. Muy preocupada.- cálmate, por favor. Mira, si quieres ve a tu casa descansa y yo más tarde te llamo para darte los apuntes.

-no...debo entrara clases.-digo levantándome del césped.

-¿Crees que podrás concentrarte así?-sé que le preocupa. Se levanta junto a mí y toma las cosas y me la pasa.

-sí... debo distraer mi mente.-ella me mira con resignación y vamos directamente a clases. No vemos a David en ningún momento lo cual creo agradecer internamente pero de todas maneras sé que en cualquier momento tendré que habar con él. No quiero estar de malas. No con él.

Las clases culminan y regreso a mi departamento, mi mama no está me ha dejado una nota diciendo que volvería mas tarde y que mi comida estaba en el horno microondas. No tengo apetito la verdad. Voy a mi habitación y opto por acostarme sobre mi cama mientras mi cabeza piensa y piensa sobre lo sucedido con David en la mañana.

Tengo un buen rato pensando, cambio de posición sobre la cama unas quince veces hasta que el sonido del timbre de saca de mi tortura mental. Con desgano me levanto y camino en dirección a la puerta, cuando la abro me quedo muda.

¡Es David!

-da...David...pasa...-trato de no sonar nerviosa pero la verdad tengo muchos nervios. El pasa no me dice nada, cierro la puerta y lo miro. Trato de buscar su mirada pero él no me lo permite, no quiere mirarme a los ojos. Supongo que trata de buscar la manera de comunicarse conmigo la verdad no lo sé.-David yo...-trato de hablar pero me veo interrumpida por él.