Capítulo 19

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Cristopher entró a la escuela. recorrió los mismos lugares de siempre para llegar a su salón de clases; siempre hacía una pequeña pausa antes de entrar, para inclinar su rostro hacia la parte de arriba, donde se encontraban las banderas simbólicas ondeándose con el viento que soplaba con fuerza en dirección contraria. Y como siempre los símbolos Hugonotes, no paraban de causarle curiosidad, jugaban con sus sentidos una y otra vez.

Cristopher entró al salón de clases, y su mirada se acomodó directamente en el asiento de Coralie. Y de forma impredecible, ahí estaba, radiante y deslumbrante; tal como lo estaba la última vez, en la que juntos habían presenciado el amanecer seco y con restos de cenizas de la noche anterior que daba paso a ese día. El recuerdo que representaba el festival en adoración a diferentes dioses, actuaba sin intervención mediante la mente de Cristopher, donde hace un par de días en sus ojos se reflejaba la resaca en los habitantes, los mareos o los síntomas del día siguiente, el cual, no manifestaban interposición en los buenos recuerdos, como tampoco en la sonrisa de Cristopher al acercarse a Coralie.

— Hola, soy yo de nuevo— Saludó Cristopher a Coralie.
Ella le miró, y posteriormente giró su cabeza con rapidez hacia la ventana, luego dirigiéndose de nuevo hacia la presencia de Cristopher.
—Hola Cristopher, no puedo hablar contigo ahora, te espero en el jardín de atrás después de clases—Murmuró mirando la hora que marcaba el reloj que se encontraba tras la puerta.
Cristopher suspiró en silencio y dobló sus rodillas que se habían puesto tensas para sentarse en su asiento.
Cristopher después de un tiempo sintió un pequeño dolor en su estómago, temiendo de que las palabras de Coralie se marchitaran, tal como ya se habían marchitado las palabras de diferentes personas que construían promesas que decían llamarse "perpetuas". Aquellas personas que se fueron y nunca volvieron; ese era el aterrorizante temor de Cristopher.

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