Capítulo 1

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30 de marzo del 1886   Nacimiento de Cristopher 

Se acabó el combate. Ya no habrá para ella lágrimas, sufrimiento ni sobresaltos; el sol brillará por siempre sobre su frente, y una paz intangible asegurará definitivamente sus fronteras.

Amén. — Rezó Hammer Rolvsson terminando en un suspiro que se escondía en una profundidad escandalosa.

— Estoy seguro que tu madre... hubiera adorado verte a los ojos antes que yo, querido hijo—  Confesó Hammer mientras en sus ojos color ámbar, sobresalía el fulgor resplandeciente del sinsabor afortunado como del desgraciado placer.
Hammer era un tipo con principios que le habían inculcado desde que sólo era un niño. En lo total, fue influenciado por sus padres en su época, y pudo así, ser fiel a la religión católica. Padre de aquél niño recién nacido, el cual, en una manifestación trágica y desastrosa, su madre Susan Rolvsson había dado sus últimos suspiros en el agraciado y honorable, pero inquietante parto.

Hammer estaba destrozado por la muerte de su esposa. Se encontraba en un rincón de aquél hospital, con luces palpitantes y luminosas, en el centro de la ciudad de Helsinki/Finlandia, donde fueron a parar hacía una década después de salir de Noruega, donde la familia Rolvsson (Apellido de origen Noruego) se vieron obligados a huir por cuestiones de religión y aceptación, que tarde o temprano pudieron considerar que debían refugiar su religión católica, en un futuro prometedor y aceptablemente abierto.

— Maldita sea, tú madre hubiese querido tenerte en sus brazos, así como yo lo hago ahora... Pero no pudo ser así. El cáncer arrasó con ella; y sin embargo, eres mi motivo perfecto para ahorrarme estas lágrimas de desesperación— Susurró Hammer a su hijo mientras sonreía con júbilo al tener el fruto de tanto amor en sus manos cansadas, llenas de calma agridulce.

Él no hubiese podido describir aquella intensa e incontrolable sensación de tener en sus brazos, un pequeño niño con alma candorosa e inocente, quién sabe..., Quizá, tal como abrazar el último árbol de este inmoral y obsceno planeta o, talvez, admirar la última y brillante estrella en medio de un desastre apocalíptico; lo que es realmente interesante, es que esas dos se quedarían pequeñas al tratar de hacer una comparación extensa.

Mientras tanto, llegaba Derek Gallén, el sacerdote y Bautista de la capital finlandesa.

Súbitamente, entró con pasos silenciosos por las espaldas de Hammer y tocó su hombro.

— De pie Hammer. Usted tiene en sus manos un motivo especial y único por el que vivir— Expresó Derek.

— Claro que sí, sólo que... ¡No encuentro la respuesta!

— ¿Cuál respuesta desea encontrar?

— Escúcheme... Si el fruto es el resultado del esfuerzo, ¿por qué el sacrificio es tan grande para tal resultado?— Preguntó sin esperar respuesta alguna, al tanto que miraba fijamente a Derek tratando de justificar su pena.

Derek quedó en silencio, helado al no tener una respuesta e indefenso por la vergüenza. Cada vez más, tratando de entender con asimilación la situación que estaba viviendo Hammer. Sabía que cualquier respuesta se quedaría sumamente corta.

— ¡¿Acaso mis rezos no fueron suficientes?!— Exclamó Hammer, entretanto pasaba su mano derecha por su cabello color negro, siendo esto un indicio del estrés en el que la situación lo sometía.

— Hammer... Descanse, lo veo mañana en la incineración

— Exacto, tal cómo lo deseaba mi esposa— Murmuró entre lágrimas desgarradoras.

Derek Gallén sólo se marchó para no quedar cómo un negligente, que sólo por falta de respuestas, descuidara aquella intensa situación. Sí... Se fue, a pesar de que él sabía el "Gran secreto".

Nadie comenta... Pero anímense a dejar aquí sus críticas, serán recibidas con mucho gusto Jeje

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