Capítulo 9

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Hammer y Cristopher estaban esperando un buen momento en la sala, donde terminaba el pasillo.
La angustia y la desesperación se apoderaba de ellos, y más que todo de Hammer.
-Paciente Hammer ,siga al cuarto número 16, por favor.- Informó el personal médico.
Hammer al escuchar eso, sintió un mini-infarto que lo impulsó a entrar rápidamente a la habitación. Se sentó Imprevistamente en la silla del cuarto, mientras Cristopher esperaba sentado en la sala con sus soldaditos de plástico.
- Lo escucho con toda la atención Señor Frank-Dijo Hammer.
- Hammer, lamento informarle que su hijo padece de TDAH.
-¿TDAH?
-Es el trastorno de déficit de atención con hiperactividad.
-Eso no puede ser verdad doctor... Debe haber un error en los análisis-Dijo desesperado sin credibilidad alguna.
-Hammer, le voy a pedir que se tranquilice, y que tome con calma esta noticia.
Hammer suspiró... En medio de un pequeño ahogo.
-Está bien, me tranquilizaré, pero necesito que me hable acerca del tratamiento al que tenemos que recurrir.
-Solo hay una forma de tratar con el TDAH. Estoy seguro que si sigue mi concejo al pie de la letra, su hijo podrá librarse de aquello que le informé.
-Claro que sí, soy todo oídos.
-Primero que todo, usted Señor... Debe entender que el padecimiento de Cristopher, se debe a la lamentosa muerte de su esposa.
quiera o no aceptarlo, es así...
-Eso yo lo entiendo perfectamente, aunque pensé que nunca se vería afectado.
- Pues mire Señor, sus estúpidas lágrimas sobre mi escritorio no van a curar a Cristopher, hay un mundo allá afuera, al que enfrentarse, claro... Si es que tiene el coraje suficiente para hacerlo...
- Yo si tengo ese coraje del que está hablando.
-Mire ,seré breve. Su hijo Cristopher necesita socializar con personas... ¡PERSONAS!, ¿si entiende el concepto de
-personas-?
-Mmm si lo entiendo...
- Claro, y que mejor forma que internar a su hijo de una vez por todas a la escuela. Seré sincero, la mirada de Cristopher me dice que no ha estado nunca en una escuela.
-Lo sé doctor, no hemos tenido los recursos suficientes para llevar a cabo esa acción.
-Esas no son escusas, sus escusas puede pasárselas por los huevos, y perdóneme la expresión, pero a lo largo de mis veintitrés años de carrera, me he dado cuenta que las personas aprenden de esa manera.
Hammer pasó saliva. Estaba conmocionado, pero de una manera u otra ,en el fondo sabía que aquel tipo con genio fuerte... Tenía totalmente la razón.
-Hammer voy a ayudarle más de lo que debería. Mi esposa es profesora profesional, ella enseña en la escuela ubicada en el sur de la ciudad, así que voy a hablar con ella ,para ver si existe la posibilidad de que su hijo Cristopher pueda por fin, saber qué es el estudio, pero lo más importante, qué es convivir con diferentes personas de su edad.

- ¿En serio usted haría eso por mi hijo?, Vaya Señor, no tengo como agradecerle, le juro que solo por mi cuenta... Hubiese sido más complicado.
-No me agradezca, déjeme llamar a mi esposa Clarisse , quiero saber si hay un cupo para su hijo. Si lo hay... Felicidades, pero si no lo hay... Lo lamentaría, por que su hijo estaría en un grave problema.
Entonces Frank sacó su teléfono, y llamó a su esposa.

-Santo Dios. Que diga que si... Habló Hammer en voz alta, con angustia, y con una imagen muy nerviosa dibujada en su rostro.
-¿Santo Dios?. ¿Es usted creyente?
-Si Señor, soy Católico.
-Vaya mierda...-Masculló Frank sin que Hammer lo escuchase.

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