Capítulo veintiseis

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Entraron al  pequeño restaurante que estaba construido con madera y adornado con algunas plantas y árboles. Se sentaron en una de las mesas del fondo y pidieron una pizza mediana de dos sabores: Hawaiana y Peperonni. Louis quiso que le agregaran queso en la orilla para que supiera mejor y más que nada, para poder hacer que Harry se olvidara del mal momento que le había hecho vivir. Estaba seguro que Harry no podía estar enojado con él por mucho tiempo pero sabía que tenía que esforzarse para que su novio volviera a hablar.

Además,  moría de curiosidad por saber si las palabras que le había dicho en el Tornado habían movido algo en su interior… con lo mucho que le había costado decirlas…

El menor seguía enfrascado en sus pensamientos maldiciendo a Louis que lo había hecho pasar por aquella terrible travesía. Más porque aquella visión de él cayendo en el precipicio lo había traumado un poco, aunque a decir verdad, la culpa no era del ojiazul, pero tenía que pagar las consecuencias de hacerlo sufrir. Estaba decidido a mostrar su enojo con el mayor cuando sintió unos labios estamparse contra su frente.

Abrió los ojos volteando por inercia a las demás mesas para saber si alguien los había visto causando algo de molesta por parte del Tomlinson. Aquella inseguridad que mostraba Harry ante sus muestras de afecto era algo que a Louis no le gustaba, odiaba que pensara en las demás personas antes que en expresar sus propios sentimientos. Para desgracia del ojiazul, -y fortuna de Harry- ninguna mirada se había posado en ellos.

-          Te arrugarás si sigues frunciendo el ceño- dijo esperando que aquél sentimiento de molestia desapareciera de su pecho para que no interfiriera en sus planes de contentarlo.

-          ¿Eso si te preocupa?- contrarrestó hábilmente frunciendo más el ceño.

-          Todo lo que tenga que ver contigo me importa- dijo con una voz suave ocultando el fuego que comenzaba a incendiar su corazón.

-          No en el torturador.

Louis soltó una pequeña risa y recibió una mirada asesina por parte del menor. Vaya que a comparación del ojiverde, contentarlo a él era muy fácil. – Ay, Harry- prosiguió acariciando el rostro de su novio con ternura – Realmente te amo- concluyó dejando pasar de largo su pequeño disgusto, tal vez merecía aquello por torturar a Harry en aquella montaña rusa.

La mirada que Harry estaba recibiendo de parte del mayor hizo que todos sus sentidos fallaran. Sabía que su corazón había comenzado a acelerarse por la forma en la que sus mejillas comenzaron a acalorarse en los últimos segundos. Aquellos ojos azules eran completamente a los sombríos que había imaginado ver antes de que el juego arrancara. Éstos ojos parecían brillantes topacios azules que sólo hacían notar la veracidad de las palabras de Louis.

Amar a Harry era una de las cosas de las que Louis se sentía seguro de decir sin miedo a nada. El amor por Harry era lo que lo mantenía de pie, era como una brújula que lo ayudaba a no perderse en el camino de la vida, y estaba más que feliz por poder decírselo.

Harry lo sabía perfectamente, lo veía en su alma que seguía reflejándose en los zafiros de Louis. Sus ojos centellaban como las estrellas y brillaban aún más que el reflejo de los rayos del sol en el mar.

Con aquella mirada era imposible que siguiera enojado con Louis.

-          Tú realmente amas a esos juegos- respondió haciendo un puchero.

-          No, amo tu cara cuando estás sobre ellos.

-          ¡Louis!- se apartó de la mano del mencionado y volvió a fruncir el ceño. ¿Se estaba volviendo a burlar de él?

Catching Feelings {AU Larry Stylinson} |Terminada| (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora