Capítulo treinta y ocho

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Harry quedó junto al teléfono muchos minutos después de que Louis colgó. Aunque le había gustado la espontaneidad de la llamada, el hecho de que terminara tan rápido lo regresaba a su mundo melancólico de una manera más drástica de la que hubiera querido. Su horario en el trabajo, desde que se había ido Louis, comenzaba a las tres de la tarde y terminaba a las ocho. Apenas era medio día, ya había desayunado y no sabía en qué perder el tiempo.

Gemma estaba preparando sus maletas pues se iría en unos tres días para regresar a tiempo a organizar sus cosas para las clases en la universidad. Harry comenzaba a desesperarse por tener un exceso de tiempo libre, tanto, que estaba comenzando a mentalizarse para hablar con su madre justo en esos momentos. Sin embargo, el gran miedo que le ocasionaba enfrentarse a Anne, provocaba que el discurso que le diría a su madre acerca de sus estudios se esfumara antes de poder salir por su boca, perdiéndose en su mente. Creyó que lo más conveniente sería pasar tiempo con su hermana, ella era una persona en la que podía confiar completamente.

Caminó hasta el cuarto de la castaña mayor, arrastrando los pies. Gemma lo vio cuando él se encontraba a unos pasos de su puerta. Le regaló una sonrisa apretada, avisándole que había notado el ánimo tan decaído que traía consigo. Como siempre, su rostro reflejaba cada emoción que estaba sintiendo. Harry le devolvió una sonrisa similar, adornada con unos ojos opacados.

Entró a la habitación de color morado, entrecerrando la puerta blanca tras de sí. El cuarto de Gemma seguía igual que como lo tenía ella desde pequeña. Le recordaba mucho cuando la familia estaba completa. No podía creer que hubiera pasado tanto tiempo desde que el señor que se hacía llamar su padre, los hubiera abandonado. ¿Sería más fácil pagar sus estudios con un sustento económico de parte de su padre? Parpadeó al mismo tiempo en el que se sentaba al frente de su hermana, dejando en medio de los dos, una pequeña montaña de ropa limpia que terminaría doblaba al interior de una maleta.

-          Louis va a volver, Harry- dijo su hermana eliminando el silencio que se había formado entre ellos dos.

-          Lo sé- dijo tratando de convencerse más a sí mismo que a Gemma. Se lo repetía cada vez que tenía la oportunidad de hacerlo deseando que en algún momento, aquella frase cobrara un sentido verídico.

-          Harry…

-          Estoy, bien, Gem- contestó pensando si sonreír o no. Optó por la segunda opción cuando notó que ni siquiera era capaz de esbozar una mueca que pudiera parecerse a una sonrisa deformada. – Oye…- pronunció mirando por primera vez, en el rato que estaban juntos, a su hermana.

-          La mayor dejó de doblar la ropa, arrugando una de sus prendas sobre sus rodillas.

Observó a Harry junto con el temor reflejado en sus empañados ojos verdes. – ¿Que sucede?

-          Odio mi carrera, Gem- mordió la parte media de su labio inferior, esperando no ser retado por la mujer que le había puesto una mirada desconcertada. – Yo… - continuó cuando notó que no recibía algún comentario de vuelta. – Quiero estudiar gastronomía… pero… ya sabes.- volteó a ver a sus manos que descansaban en su regazo con los dedos entrelazados. –… No creo que pueda pagar la carrera, y no quiero causarle molestias a mamá- Esperó unos momentos a escuchar algún comentario de Gemma. Su nerviosismo estaba siendo mostrado por la forma en la que movía sus labios entre sus dientes. Luego de tiempo, su hermana sonrió ante la noticia.

-          Vaya. Ya me lo imaginaba- dijo soltando un suspiro – Siempre que te preguntaba por tus estudios no me respondías muy bien. Tampoco tus notas resultaron ser las mejores, a comparación de antes- Gemma curvó sus ojos de la misma manera en la que su boca lo hacía. – Entonces… ¿Cuál es el problema?

Catching Feelings {AU Larry Stylinson} |Terminada| (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora