Capítulo cuarenta y seis

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La Sonata en do sostenido de Beethoven comenzó a resonar en la sala al ritmo de los dedos habilidosos de Louis. Esta vez no estaba desesperado por sonar mejor que Nick… en realidad no le importaba sonar mejor que alguien más, sólo necesitaba escucharse bien para Harry, razón de su inspiración y persona por quién tocaba.

Sus dedos expertos pasaban por cada nota casi sin mirar hacia las partituras que reposaban sobre el piano. La melancolía antes expresada en los últimos días había trascendido a un sentimiento contagiado de amor. La pieza seguía teniendo un pequeño deje de aflicción, sin embargo, ahora no sólo se concentraba en la nostalgia y en la pena, sino también se podía reconocer un sentimiento cálido que comenzaba a  brillar un poco, conforme la sonata se desenvolvía en manos de Louis.

El Tomlinson lo sabía. Estaba completamente seguro de que no podía tocar los tres movimientos de la sonata con el mismo sentimiento. Tenía que transformar  la melodía a algo más dulce para poder tocar el Allegro con una intención diferente; si no comenzaba a endulzar el primer movimiento, entonces no se vería una continuidad amigable para los que proseguían. Casi para llegar a los seis minutos que duraba el Adagio sostenuto, hizo un ritardando en las últimas notas,  para poder introducir el segundo movimiento. No iba decepcionar a Beethoven y mucho menos a Harry. Dedicarle su música era lo único que podía hacer por él en estas circunstancias. Necesitaba que su amor llegara intacto ante Harry.

Se detuvo pisando el último pedal del piano para que última  la nota quedara resonando en la atmósfera. Todos se quedaron en sus asientos, embelesados con lo que acababan de escuchar. Como buenos espectadores, no aplaudieron. Los aplausos se daban hasta que la sonata completa finalizara. Louis separó sus manos de las teclas, dio un suspiro para marcar la anacrusa al siguiente movimiento.

La sonata completa se conoce como “Quasi una fantasía” por los últimos dos movimientos, que contrastan con el primero. Louis había tenido que aprender varias cosas de algunos libros de música que le había brindado Niall. Si comprendías al autor y al entorno de la época en la que se había compuesto la obra, podías hacer una mejor interpretación no sólo de una pieza musical sino también de un libro.

Por su parte, Harry observaba la televisión tenso. Había olvidado por completo el hecho de que se encontraba totalmente enojado con Louis. Sólo deseaba que su interpretación fuera perfecta y que los nervios de su novio no hicieran de las suyas. Hasta ahora había tenido una excelente presentación. El  Adagio había sonado de maravilla. Había calentado su corazón… ¿Todo esto lo lograba Louis pensando en él?

Se sentía un poco egoísta por dejarse llevar por aquél pensamiento. No podía creer que su presencia le hiciera un bien a la vida ojiazul. Jamás se sintió completamente bueno para poder marcar la existencia de alguien, pero con Louis era diferente… Estaba completamente impresionado.

Podía observar que el Tomlinson realmente disfrutaba lo que hacía. Se había superado en los pocos meses que llevaba fuera. Realmente se estaba esforzando, su estancia en Irlanda había valido la pena y hoy no sólo se lo demostraba a él sino a gran parte de Gran Bretaña. Las palabras que había escuchado en la presentación de Louis, ahora cobraban más significado.

No quería que Louis dejara de ser él, necesitaba que siguiera enamorándolo con su música, aunque también necesitaba de sus abrazos para poder seguir en pie en la vida. Tal vez él no era la tortuga que sostenía al mundo, tal vez sólo era el insignificante humano que era sostenido por el mundo; el pobre Harry Styles que respiraba oxígeno por Louis y que se alimentaba de sus besos y sus caricias. Ver a un Louis tan maduro lo hacía sentirse inferior…

Catching Feelings {AU Larry Stylinson} |Terminada| (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora