Un nuevo amanecer.

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Y bueno, a partir de éste momento comienza la segunda parte, segunda temporada o como quieran llamarle de ésta historia, y así mismo, el nuevo tipo de redacción.

¡Disfruten!

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  La mañana había llegado, sin duda la mañana más extraña pues, ni había despertado en mi cama y a pesar de no ser la primera vez que lo hacía en la de Eunhyuk, fue extraño.

Eunhyuk me había dicho que me amaba, había estado abrazado a él toda la noche, sin soltarme un sólo segundo, además de los ocasionales besos en mi cuello que según se supone, no me di cuenta, pero lo que lograron fue causar problemas en mi entrepierna, sumando que sentí como rozaba su pelvis contra mi y trasero mientras me abrazaba.

Esa había sido mi noche.

Obviamente no logré dormir mucho, lo que logré dormir fueron un par de horas, horas en las cuales como si no fuese suficiente, Eunhyuk estaba en ellos, un Eunhyuk mío.

Un Eunhyuk al que podía besar y disfrutar, a un Eunhyuk el cual no me daba la inseguridad de ser lastimado nunca, pero claro.



Era un sueño.



Me senté en la cama, tratando de meditar todo, solté un profundo suspiro antes de levantarme y meterme a duchar. Quizá una ducha caliente me ayudaría a relajarme, pero sin duda lo que necesitaba era una ducha fría.

Me vestí con la ropa que traía el día anterior y bajé para encontrarme con Eunhyuk aún en pijama cocinado.

—Donghae, buen día,— Sonrió abiertamente. —Supuse que tendrías hambre y pues a lo mejor te quedabas a desayunar.— Mi corazón se aceleró al escucharle hablar, me acerqué lentamente a la barra para luego sentarme en una silla viéndole. —Claro.— Murmuré para luego morderme el labio.

Eunhyuk sonrió y continuó cocinando, había cierto silencio entre nosotros, pero no era incómodo, sino que era más como si no hubiese nada qué decirnos, como si nos habláramos por medio de suspiros y miradas, y así sería hasta que uno de los se dignara a hacerlo.

—Donghae yo...— Dijo antes de ser interrumpido por mi. —Lo sé, Eunhyuk, sólo hay que... olvidar todo lo que pasó, ¿Si?— Dije sabiendo exactamente a lo que me refería y lo que provocaría en él. Rápidamente vi como su expresión se tornó de una nerviosa a una seria.

Continuó cocinando en silencio hasta terminar la comida,  soltó un pesado suspiro para luego tomar unos platos y servir ésta en ellos. Todo éste tiempo sólo me limité a verle con cierto nerviosismo y duda pues, sabía que él quería decirme algo.

—No.— Dijo en un tono cansado. 

—No entiendo de qué hab...— Fui interrumpido.

—Déjame hablar y escucha, ¿Quieres?.— Suspiró nuevamente y se aclaró la garganta.
—Sé que debes tener miedo, debes estar confundido y mucho más, pero sé que lo que siento por ti no es cualquier cosa, para serte sincero, es algo que no sentía por alguien hace mucho, o que nunca había sentido. Donghae, es cierto que puedo lastimarte y en realidad tengo miedo a hacerlo, pero por eso mismo te tendré mucha paciencia, y te pido que tú me la tengas. Aprenderé a quererte de la manera correcta antes de pedirte que seas mío en todos los sentidos, por que me mata saber que el simple hecho de haberte declarado lo que me estaba matando no es suficiente para tener derechos sobre ti, y es extraño por que es algo que nunca antes me había pasado, y no sé cómo manejar ésta situación. Yo... sí, te amo, no sé como pasó, y escúchalo bien, es más que simple querer. Sé qué de alguna forma yo no te soy indiferente, y me doy cuenta de ello por la manera en la que tus nervios y tu respiración se alteran cuando me acerco mucho, además que lo confirmé con el beso de anoche...— Sonrió de medio lado antes de seguir hablando, parecía muy orgulloso de lo último mencionado. 


 —No me importa el tiempo que deba esperar, pero definitivamente lo haré. Por eso las cosas entre nosotros deben seguir igual, aunque sé que no lo serán, sólo te pido que no te cierres a mi ya que... demonios, nunca le había hablado a alguien así y ni siquiera sé si lo estoy haciendo de la forma correcta.— Soltó un último suspiro al terminar de hablar.


Sentí como mi corazón se detuvo y al mismo tiempo comenzó a latir con fuerza. Eunhyuk ya no me veía, él sólo servía la comida y yo, yo estaba estático, no podía siquiera decir algo.

Sentía como el calor subía por mi cara, pero, ¿Qué podía hacer? ¿Qué podía decir? Vaya que me había dejado en un Estado vulnerable.

—Ven, vamos a la mesa.— Dijo con una sonrisa llevando ambos platos a ésta, los cuales llevaban hotcakes.

Le seguí a la mesa sentándome mientras le veía ir al refrigerador y luego volver con un tazón de fresas y crema batida.

—¿Gustas?— Me preguntó dejando ambas cosas en la mesa, asentí a los segundos pues, seguía en shock. A pesar de haberme declarado su amor por segunda vez, él seguía como si nada, pero yo no podía, sentía cómo me faltaba la respiración.

A pesar de todo, fue un desayuno normal, y aunque ambos sabíamos que no lo era. Las miradas fijas de uno al otro durante segundos que parecían horas, para luego sonreír y girar la vista a otro lugar, eso no podía faltar.


Las conversaciones no eran muy diferentes a las que habíamos tenido ya en un pasado, pero sin duda la atmósfera era definitivamente lo contrario.

—Gracias por quedarte a dormir.— Dijo en un tono algo melancólico, de inmediato recordé la razón. —No te preocupes, yo feliz, no podía dejarte sólo en un momento así a pesar de todo.— Él sonrió cabizbajo, yo sabía cuánto le dolía el hecho que de ahora estaría completamente sólo, que su amada hermana le dejaría para irse con una de las personas que él  menos quería y soportaba, su padre.

Luego de un rato agradecí por el desayuno y le dije que debía irme, el asintió con un sonido, y me acompañó a la puerta.

De sorpresa me tomó en sus brazos dándome un fuerte abrazo, el cual cortó de una mi respiración. —Muchas gracias... yo... en serio agradezco que estés conmigo.— Yo me quedé helado, no dije nada y sólo correspondí al abrazo. —Piensa en lo que te dije.— Me susurró antes de soltarme y despeinar mi cabello con una sonrisa, sonrisa la cual logró derretir mi corazón.

Obviamente, también se detuvo mi corazón, solté un profundo suspiro y moví la cabeza afirmando a su petición mientras mordía mi labio inconscientemente.

Al irme de su casa, caminé varias calles, intentando secar la inundación de ideas que aparecían en mi cabeza. Me di cuenta que por más que lo intentara, no me podía concentrar así que minutos luego tomé un taxi.

Al llegar a casa me fui directo a mi habitación y me tiré en la cama repasando una y otra vez cada cosa que había sucedido la noche anterior, más sobre la imagen de aquél beso que Eunhyuk me había dado, definitivamente, eso era lo que peor me tenía.
De todas las cosas, ese beso, lo que casi sucedía después de eso... la forma en la que había podido sentir su cuerpo contra el mío de tal manera que no quería dejar de tocarle, quería seguir disfrutando cada caricia proporcionada por él, sus labios, sus manos, todo en Eunhyuk era tan adictivo y tan peligroso.
No lo negaba, aquella idea me excitaba en demasía, su calor me había hecho sentir tan bien, cada cosa que él provocó en mi cuerpo durante ese beso no lo había provocado nadie antes, era algo nuevo y emocionante.

Sin darme cuenta, pasaba suavemente mi mano sobre la pequeña erección que se comenzaba a crear por recordar aquello, aún sobre la ropa, seguía moviendo mi mano. No podía controlar el impulso de hacerlo, pensar queEunhyuk había podido ser quien hiciera eso sí tan sólo no lo hubiese detenido... me hacía sentir impotente.
Mientras comenzaba a mover mi mano con más rapidez, al borde de llevarla dentro de mi ropa interior mi celular sonó y me sacó de ese intenso trance, me di cuenta de lo que estaba a punto de hacer. Revisé mi celular para ver de quién era la llamada.


Era de Heechul...



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¿Y bien? ¿Qué les pareció? Sé que es algo corto pero, bueno, no tengo justificación. 

Intentaré escribir el siguiente capítulo muy pronto, me gustaría saber qué piensan de la historia o del capítulo solamente. ¡Nos leemos a la próxima!

Mi pecado 〔Eunhae〕ㅤDonde viven las historias. Descúbrelo ahora