Mi pecado 〔Eunhae〕ㅤ

Luces y regalos.

Muy buenas, finalmente me reporto luego de casi un año, pero como sabrán, el 2020 no ha sido un año fácil para nadie, aún así espero que se estén cuidando al igual que sus familias y que por favor no dejen de utilizar las mascarillas. Sin más preámbulos finalmente les traigo el capítulo así que espero lo disfruten.

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Era un día normal de trabajo, normal para esa época ya que era de esperarse que las personas hicieran compras en grandes cantidades pues se acercaba la navidad, y a pesar de que no celebráramos como otros países el intercambio de regalos era bastante común.

—¿Crees que esta cinta adhesiva sea suficiente?— Me preguntó Henry mientras abría una de las cajas con la decoración que debíamos colocar. Yo me encontraba sobre una pequeña escalera intentando pegar unos listones en la pared. —Espero que sí, de igual forma creo que hay más en el almacén, pásame otro trozo.—

—En seguida.— Dijo mientras cortaba más cinta para pasarme el trozo.

—Hm... te está quedando algo chueco.— Me paralicé completamente  al escuchar esa voz, ni siquiera podía girarme para corroborar que no estaba loco y que no era una alucinación mía, simplemente vi de reojo como Henry también se quedaba inmóvil ante la persona que se había acercado a nosotros.

—Yo... iré por más cinta al almacén, ya  regreso.— Dijo Henry mientras salía prácticamente corriendo a otro sitio pues la tensión que se había creado ahí era más que palpable.

—¿Podemos hablar?— Me preguntó mientras yo aún me mantenía de espalda, sentía que mi cuerpo entero temblaba y que ni siquiera me podía mantener en pie. Tomé aire mientras bajaba de la pequeña escalera y así estar más tranquilo una vez me girara.

—Yo... Estoy ocupado ahora, Hyukjae, no pued...— Intenté caminar mientras hablaba pero me tomó de la muñeca impidiendo que pudiera escapar de él, estaba seguro que podía sentir mi pulso acelerado pues el corazón se me saldría en cualquier momento del pecho, me presión arterial debía estar por las nubes.

—Por favor...— Murmuró en un tono bastante suave, casi siendo una súplica, había evitado ver su rostro pero en ese momento fue inevitable, sus brillantes ojos me pedían a gritos que aceptara, su expresión era diferente a la que alguna vez había visto en él.

Había pasado casi dos meses desde su repentina partida, había esperado las dos semanas que mi tía me había aconsejado para intentar hablar con él pero cuando lo intenté, perdí todo contacto ya que había cambiado de número y cancelado el viejo, también había cerrado todas sus redes sociales dejándome sin una sola pista de su paradero, incluso cuando le preguntaba a Heechul por él me cambiaba el tema, dándome a entender que no podía darme información y que posiblemente ya no quería saber nada de mí.

Entendía que me odiara, no iba a culparle por ello, pero luego de sufrir tanto había llegado a la conclusión de que el habernos distanciado era lo mejor para ambos, que de una u otra forma la vida siempre nos daba señales de que no podíamos estar juntos, y finalmente lo había comprendido, debía seguir adelante con mi vida así como él lo hacía con la suya. La cosa es que nunca me imaginé que él volvería y mucho menos a buscarme.

—Está bien, ¿Pero puede ser luego del trabajo? Realmente estoy ocupado y no quiero tener problemas con mi jefe, como puedes ver, tenemos mucho trabajo.— Le dije intentando mantener un tono bajo y tranquilo. Él asintió y soltó mi manos para luego llevarse las propias a los bolsillos.

—Te esperaré en la cafetería que está a una calle, llega, por favor.— Dijo antes de girarse y alejarse antes de que yo pudiera decir algo más.