No estás perdonado del todo.

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El siguiente día desperté con un fuerte dolor de cabeza, después de haber llegado a Seúl, eran muy comunes.

Tome una ducha y bajé a desayunar, la cocina estaba sola y además no tenía mucha hambre, así que solo tome el cereal que estaba ahí.

Cuando ya me había servido el cereal ni siquiera tenía ganas de probarlo, solo movía la cuchara de un lugar a otro, aún estaba confundido con lo de Eunhyuk y sus múltiples llamadas y sus mensajes, tal vez no tenía hambre porque tenía el estomago revuelto, y tal vez eran las mariposas que se supone que sientes cuando te pasan cosas agradables con alguien que te gusta, sí, había sentido cosas así cuando estuve con Hyunsik, pero no me preocupa mucho o lo ignoraba, además de que lo conocía muy bien, mientras que a Eunhyuk lo poco que conocía el me asustaba y me era muy extravagante pues su estilo de vida era todo lo contrario al mio, ya tenía casi un mes en Seúl y aún me parecía una ciudad muy ruidosa.

-¡Primo!- Me gritó Jongsuk, dejé de mirar mi cereal y dirigí la mirada hacía el -¿Ya estas listo?- me preguntó sentándose al otro lado de la mesa, le miré muy confundido pues no entendía lo que me decía -Supongo que no recuerdas, mi mamá me dijo que te llevara por tu permiso de conducir- me dijo tomando una cuchara y robando algo de mi cereal -Ah si, estaré listo en 5 minutos- dije levantándome de la mesa -Oye ¿A que hora se fue tu novia?- le pregunté para crear una conversación que me distrajera de mis pensamientos hacia Eunhyuk -¿Novia? Ah, hablas de Taeyeon, no pez tonto, ellas no es mi novia, ella es mi mejor amiga- me dijo para luego reír -Así que el gran Lee Jongsuk no tiene novia- dije en un tono burlón -Por ahora ninguna es suficiente para mi- dijo en un tono orgulloso yo me reí y aplaudí como acostumbraba hacer ante un chiste tan bueno, el miró entrecerrando los ojos, salí de la cocina aún riendo y me dirigí a mi habitación, por un momento se me olvidó el dolor de cabeza que traía, abrí la puerta y entré comencé a buscar mi celular y mientras lo buscaba en una pequeña mesa junto a mi cama abrí un cajón y vi un pequeño folleto que nos habían entregado en la academia, lo tomé y miré por un momento, un sentimiento de impotencia llego a mi, así que tomé el folleto, lo arrugué y lo lancé al cesto de la basura.

No importaba que tanto lo intentara, por más que intentaba ordenar mis ideas y sentimientos estos se soltaban de un amarre imaginario que creaba en mi cabeza, explotando nuevamente.

Intentaba repasar los hechos.

Su invitación, luego el beso, luego sus intenciones conmigo y para rematar sus mensajes y continuas llamadas que cesaron hasta cierto punto de la noche.

Nada tenía sentido, en un momento éramos buenos amigos, al otro el tenía interés en mi y me besa.

¿Que diablos sucedía con el?

Una parte de mi quería ceder y aceptar ese deseo prohibido, casi llegando a un pecado.

Pero esa parte de mi que aún tenía coherencia sabía que podía ser la decisión más errada que podía tomar.

Sacudí mi cabeza de lado a lado esperando estabilizarme de nuevo.

Escuché el tono de llamada en mi celular, este estaba bajo mi almohada, lo tomé y era Henry.

-Hola Henry- le dije al contestar -¿Estas ocupado? ¿No te gustaría que salgamos a algún lugar? Es que estoy aburrido y mis otros amigos están ocupados- dijo -¿Así que soy tu plato de segunda mesa?- le pregunté intentando sonar indignado, el rió al otro lado de la linea -No, no, todo lo contrario, pero ya sabes el orden jerárquico- dijo riendo, obviamente yo entendía, primera eran sus amigos de siempre y luego su compañero de trabajo -Mira, justo ahora voy a salir con mi primo, si quieres nos podemos encontrar ahí y luego ir a comer o algo- le dije arreglando mi cabello frente al espejo -Si, si, si ¿A donde vas?- me preguntó emocionado -Voy por mi licencia de conducir- le dije sin algún tono de emoción o algo parecido, pues para ser sincero, nunca había soñado con tener un auto o algo parecido hasta que pudiera trabajar y hacerlo todo por mi mismo -eso es fantástico, al fin dejarás de viajar en taxi- dijo Henry al otro lado de la línea -Oye, eso no tiene nada de malo- dije algo indignado -No estoy diciendo que sea malo, solo que digo, eres sobrino y ahora prácticamente hijo de Lee Soohae, mereces tener transporte propio- dijo algo divertido, resoplé, no iba a seguir la conversación pues no tenía caso, mucho menos cuando sabía que Henry no se detendría hasta tener la razón -Bien, entonces te veo allá- le dije, escuché cómo el asintió con un sonido y luego colgué la llamada.

Mi pecado 〔Eunhae〕ㅤDonde viven las historias. Descúbrelo ahora