Revelaciones e inestabilidad.

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¡Buenas! Bueno, antes que nada, disculparme por subir capítulo tan tarde, pero es que me ha sucedido de todo, y en fin.

Espero disfruten el capítulo, al final de éste intentaré explicar mi ausencia.

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Me levanté de la cama tallando mis ojos con cierta fuerza antes de tomar el celular para contestar la llamada.

—Aló...— Dije cerrando los ojos mientras intentaba adaptar mi cuerpo a la nueva postura pues al levantarme logré marearme lo suficiente como para provocarme un punzante dolor de cabeza. —¡Donghae! ¿Qué tal estás?— Me preguntó en lo que parecía ser un tono muy entusiasmado, el cual resonó en mi cabeza haciendo que ésta punzara más.

—Estoy bien, Heechul, algo cansado.— Lleve mi dedo índice y mi dedo pulgar al puente de mi nariz mientras cerraba con fuerza mis ojos. Me sentía mareado y en efecto no le mentía a Heechul, estaba cansado y no solamente físicamente, si no también psicológicamente. —Por supuesto que debes estarlo campeón.— Soltó una pequeña risa luego de hablar, pero no era de burla o ironía, era a lo que mi me pareció, ¿Orgullo?

—En fin, me preguntaba si te gustaría salir conmigo a algún lado, ya sabes, para celebrar, ya que ayer no lo hicimos apropiadamente, sólo tú y yo.— Solté un profundo suspiro mientras me levantaba de la cama antes de acercarme a el espejo para ver mi rostro en él y asegurarme que no estaba tan demacrado por fuera como me sentía por dentro. —¿No te gustaría mejor venir a mi casa? Podemos almorzar aquí, y ver una película luego si quieres.— No tenía muchos ánimos de salir, pero sí tenía ganas de ver a Heechul, ¿Podía contarle a él lo que había sucedido la noche anterior?

—Me parece una excelente idea, Hae, ¿Y no sabes donde está Eunhyuk? Es que también quería invitarle pero no me contesta.— Mi corazón dio un vuelco al escuchar su nombre.

—N-no, ni idea, pero no lo invites, es mejor así.— Tampoco iba a contarle de su situación con Sora, era algo privado de él y si iba a contarle, lo haría, después de todo, era su mejor amigo.

—¿Por qué? ¿Sucedió algo ayer? ¿Qué te hizo ese cara de mono ahora?— Me preguntó con un tono que ya comenzaba a sonar de enojo.

—Nada, nada, no te preocupes Heechul, en todo caso, será mejor que él te cuente.— Mordí mi labio y escuché un rápido suspiro por parte de Heechul desde el otro lado de la línea. —Está bien... Llegaré de otro rato a tu casa.—

Colgó la llamada dejándome algo impaciente, por alguna razón, bastante claro para ser sincero, estaba incómodo y no me sentía bien, aún me encontraba desorbitado por la noche anterior, y por la mañana también, intentaba despejar mi mente pero no tenía nada claro.

Bajé las escaleras en busca de Kimi para decirle que Heechul vendría a almorzar. Le pedí que preparara la comida favorita de él mientras yo me iba a la sala para esperarle en el sillón. Mientras más pasaban los segundos me daba cuenta que no me hacía bien estar sólo y encerrado con mis pensamientos.

Me recosté ligeramente en el sillón mientras cambiaba de canal en la televisión hasta que sin aviso alguno me quedé dormido.

Sentí como una mano apretaba mi mejilla, lo cual logró despertarme. Abrí mis ojos para encontrarme que era nada más y nada menos que Heechul.

—En serio que estás cansado, ¿No es así?— Me preguntó mientras se sentaba en el sillón a mi lado.

—¿Ah? Ah si, sólo cerré los ojos unos segundos.— Me incorporé en el sillón mientras tallaba mis ojos para adaptarme nuevamente a la luz.

Mi pecado 〔Eunhae〕ㅤDonde viven las historias. Descúbrelo ahora