Mi pecado 〔Eunhae〕ㅤ

Bruma.

Abrí los ojos esa mañana, no estaba seguro de si me dolía el pecho al respirar por las múltiples heridas que tenía en el cuerpo o simplemente me era difícil llevar el aire a mis pulmones cada vez que recordaba como Hyukjae se había marchado la noche anterior.

Intentaba entender qué es lo que había pasado, entendía que yo era un estúpido, pero me parecía una pesadilla la forma en la que todo se había desarrollado.

Mis ojos ardían ante las lágrimas que constantemente se formaban en ellos, ¿Todo era mi culpa? ¿Había hecho todo mal intentando no cometer errores?

Escuché la puerta abrirse lentamente. Limpié con el dorso de mi mano las lagrimas que se deslizaban por mis mejillas, no quería que Heechul me viese llorando.

-¿Te duele mucho?- Me preguntó sentándose a la orilla de la cama, negué con un sonido mientras intentaba acomodarme en la cama para poder observarlo mejor.
-No realmente, bueno, obviamente siento que si me muevo mucho me voy a desmoronar pero podría ser peor.- Dije lo último con algo de dificultad mientras me sentaba con sumo cuidado en la cama de Heechul.

Había sido una mañana muy confusa, luego de que Hyukjae se fuera de la cabaña, Kyuhyun corrió detrás de él. Luego de eso no estaba muy seguro de qué había sucedido, sólo tenía vagos recuerdos de cómo Heechul dijo que lo mejor era regresar a la ciudad y que debían llevarme al médico a revisarme. Ahí me sedaron y luego de eso cuando desperté, estaba en casa de Heechul.

-Y... ¿Sobre lo otro? ¿También te duele mucho?- Solté un áspero suspiro mientras cerraba los ojos, quizá y eso era lo que más me dolía. Intenté normalizar mi respiración antes de responderle pero me fue imposible, me rompí a llorar como un bebé, ya en ese momento no podía ocultarlo más y menos me importaba si Heechul me veía, estaba roto, tanto había intentado evitar que Hyukjae me rompiera el corazón que yo se lo terminé rompiendo a él.

Heechul se acercó a mí para abrazarme colocando mi cabeza contra su pecho, logrando que llorara aún más, me sentía estúpido y culpable. -Tranquilo, estoy seguro que en unos días se le va a pasar, ya sabes cómo es de temperamental... -

-No.- Dije ahogado en mi llanto, separándome lentamente de Heechul mientras limpiaba mi rostro.

-Precisamente porque sé cómo es, y tú más que nadie la conoce, no me va a perdonar nunca, es un orgulloso de lo peor, le rompí el corazón, le dejé de lado cuando más me necesitaba y todo por querer hacer lo que creía correcto para mí, nunca pensé en cómo se sentía él. Me dijo que me ama, más de una vez, y yo me hice oídos sordos, obviamente se fue porque sintió que lo eché de mi vida.- Me rompí nuevamente en llanto apenas terminé de hablar, escondí el rostro en mis manos mientras dejaba que el alma me saliera del cuerpo por medio de lágrimas.

-En parte también es mi culpa...- Murmuró Heechul antes de soltar un pesado suspiro. -Es mi culpa porque fui yo quien te dijo que no le dejaras entrar tan fácilmente en tu vida, yo te dije que jugaras con la carta difícil, supongo que tampoco consideré sus sentimientos.-

Retiré las manos de mi rostro para verle, pero no tenía fuerzas para responderle, estaba cansado y adolorido, pero no quería que se sintiera culpable de algo que no hizo, Heechul simplemente había tratado de protegerme.

Él se acercó a mí y dejó un beso sobre mi cabeza. -Es mejor que descanses, cuando ya te sientas mejor, deberías hablar con Hyukjae.- Asentí con un sonido y me recosté nuevamente, quería dormir y no pensar en nada más, quería que el tiempo pasara rápido, ya no soportaba sentirme así.

Una semana transcurrió luego de el incidente, las heridas estaban sanando, tenía pequeñas cicatrices en el rostro pero ya el cuerpo no me dolía tanto, me sentía mucho mejor.
Tenía todo ese tiempo sin saber nada de Hyukjae, y de los chicos en general, ni de Heechul, la última vez que le había visto había sido cuando me fui de su casa, al estar de vacaciones sólo salía de casa para ir a trabajo, pero había dedicado esa semana para recuperarme, igualmente mi tía no quería dejarme trabajar pero necesitaba salir a distraerme de vez en cuando, estar encerrado todo el día en mi habitación solamente me ponía peor.