003.

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El inicio del atardecer llenó el aula, coloreándola de un suave color dorado. El movimiento de sus compañeros a su espalda eran percibidos, pero ella se mantenía sentada con la vista fija en el lienzo; sólo dos rayas se encontraban en éste, pero a pesar de esto, le dolían los dedos.

Cerró los ojos soltando un suave suspiro, echó un poco la cabeza hacia atrás y se mantuvo en silencio, sin escuchar nada más a su alrededor; la música ambiental puesta por el profesor estaba supuesta a inspirarlos pero las melodías de aquél desconocido instrumental sólo estaba bloqueando sus ganas de realizar lo que le pedían.

Su mente no quería funcionar con racionalidad. Lo único que parecía presentarle era el cuerpo de aquella indefensa joven, la sangre que emanaba de ella y el dolor que sintió la otra mujer al verla. Se preguntó porqué, pero en cuanto una extraña tristeza empezó a aparecer, sacudió el pensamiento y apretó el lápiz en su mano: ¿por qué debería de interesarle? Ese trabajo le pertenecía a la policía, eso no era de su incumbencia.

- Pobre muchacha...

Enseguida sus ojos, tal y como si estuvieran diciendo su nombre, se abrieron alerta, sin girarse a la voz que provenía de detrás de ella.

- Este mundo es tan injusto -suspiró otra muchacha, Mae empezó a delinear la tallada madera entre sus dedos-. Era tan joven.

Pudo sentir su ceño fruncirse, a los recuerdos de esa mañana y el sentimiento que había querido evitar volvió.

- Creen que es divertido -espetó la compañera y escuchó a la otra chistar-. Quien sea que esté haciendo esto debe creer que es un chiste -sus labios se apretaron en una fina línea ante la exasperación en la voz de la que hablaba-. ¡¿Cuál es el punto?! -exclamó.

El lápiz se deslizó de su mano exaltándose a sí misma, rápidamente lo recogió al sentir cómo las chicas a sus espaldas la miraban. Y en cuanto encontró la mirada del profesor, regañándola, decidió intentar continuar con su trabajo.

Se dijo a sí misma que se tranquilizara: ignorar lo que estaba ocurriendo a su alrededor era la mejor opción del momento. Algo no le permitía rezar, más bien, no quería hacerlo en lo absoluto. Por lo tanto, sólo dio un respiro profundo y elevó el lápiz nuevamente al lienzo.

- Escuché decir que lo merecía -la acusante voz de una de las chicas volvió a hacerse presente, pero esta vez ella intentó concentrarse en el lienzo, moviendo el lápiz en compás con lo que sea que saliera de su cabeza.

- Aún si lo hacía, esas personas no tenían derecho a hacer lo que hicieron -respondió la otra, pero Mae seguía enfocada en el movimiento de su muñeca contra el lienzo, aunque su alma no se encontraba haciéndolo.

Un chasquido de lengua.
- No tiene sentido -musitó en respuesta y la peli-negra sintió sus dientes rechinar, luchando por bloquear las imágenes y los hechos. Pero, sabía muy bien que su mente estaba adherida a la conversación de las muchachas, así como a la amarga sensación de que sabía lo que empezaba a ocurrir-. No abusaron sexualmente de ella -los músculos de su muñeca empezaron a apretarse y una ira desconocida la llenó haciendo que sus movimientos se volvieran bruscos-. Sólo parecieron aburrirse de ella.

Por un segundo cerró sus ojos y aquellos chicos aparecieron; reconoció de inmediato la inquietud en su ser y se dio cuenta de que sabía exactamente que ellos habían hecho aquello. Sin embargo, su verdadera preocupación estaba en que no quería hacer nada respecto a ello.

Soltó el lápiz y se llevó las manos a su pelo, enterrándolas a los lados, como si esto fuera a disipar los rostros de aquellos chicos y el peligro que corría; ellos sabían tanto como ella. Se sintió encerrada, comprimida, y, lo peor era, que no tenía la urgencia de salir: sólo quería respuestas.

- Lo que sea que ese chico te ha hecho lo ha convertido en arte -jadeó por lo bajo con sorpresa cuando la voz de su profesor la sacó de la ansiedad que se había apoderado de ella. Y no fue hasta que alzó la mirada a él que se dio cuenta de su empañada vista y de las lágrimas que yacían casi secas por sus pómulos.

El mayor de inmediato se inclinó hacia ella y, la joven con rapidez, se pasó el borde del suéter por las mejillas. La mano del hombro se posicionó en la parte superior de su cabeza y la preocupación se reflejó en sus ojos.

- ¿Estás bien?

Mae frunció el ceño ante la extrañeza del hombre al preguntarle. Tomó la cruz de su cuello con intención de relajarse y se encogió de hombros, sin querer afirmar, pero tampoco negar.

El hombre de abundante cabello negro volvió a incorporarse derecho, suspirando, le dio una sonrisa de lado y señaló el lienzo frente a ambos con la barbilla.

- Hiciste un buen trabajo -le felicitó.

Inmediatamente, algo hizo clic en ella y frunció el ceño con incredulidad, negó con la cabeza intentando deducir si la respuesta del hombre había sido sarcástica, y miró hacia al lienzo, esperando ver qué había causado en él aquél garabato.

Sin embargo, todo cobró sentido en su cabeza cuando se dio cuenta de que esos garabatos mostraban entre todo el definido rostro de una persona. Alguien que no pudo reconocer, pero tenía la sensación de quién era.

Su piel se estremeció y su labio inferior tembló, quiso decirse algo para salir del trance, pero mientras más mirada la automática figura frente a ella, más real parecía; la intimidaba y le daba esa vibra de peligro que había sentido en esas pocas horas... incluso parecía como si los ojos en el lienzo estuvieran observándola.

Su corazón empezó a latir con rapidez y su respiración se volvió tan pesada que en un momento dejó de sentirla.

Pero, sí podía sentir el miedo, la curiosidad, la frustración,... la loca mezcla de sensaciones que aquellos desconocidos le habían causado.

No obstante, seguía preguntándose, ¿por qué no ella?





HOLAAAA PERDÓN POR LA POCA ACTUALIZACIÓN Y EL CORTO CONTENIDOOO

he estado muy ocupada con el colegio, ya que este es mi año de pre-promoción y es algo bastante importante para mí y para mi curso. POR LO TANTO, LES PIDO PACIENCIA HASTA LA PRÓXIMA SEMANA PARA LAS ACTUALIZACIONES NORMALES.

seguiré escribiendo todo el tiempo libre que llegue a tener.

aclarando dudas:
sí, son dos chicos.
la pregunta sería: ¿cuál de ellos es hoseok?

*musica de terror*

un besoooote,
- ema.

CHÈRIE | JUNG HO SEOK.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora