014.

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- ¿Podrías apurarte un poco?

Cuando terminó de entrar el brazo en la chaqueta de jean, lo cual había hecho con desgano, subió su mirada a la del rubio apoyado en el umbral de la puerta observando cada uno de sus movimientos: la había levantado aquella mañana, temprano, como si alguno de los dos hubiera podido dormir, diciéndole cosas que a penas pudo entender, pero, de igual manera, había llegado al punto de convencerla a acompañarlo a lugar cuyo nombre no le había dicho. Sólo seis palabras bastaron para hacerlo.

Se acomodó el flequillo ojeándose en el espejo por última vez y pudo divisar detrás de ella cómo las comisuras de Hoseok se elevaban en una burlona sonrisa. De todos modos, sólo bufó caminando hacia él.

El rubio tomó la iniciativa caminando en dirección a la meseta donde se localizaba el llavero con el propósito de tomar la llave del apartamento y pasársela a Mae, la cuál sólo pudo pestañear ante el rápido y preciso movimiento.

Dejó que saliera primero para cerrar la puerta por ella misma y de espaldas pudo sentir la cabeza del hombre moverse de lado a lado inspeccionado el pasillo y la peli-negra sabía por qué; Hoseok había logrado meterse a escondidas en el apartamento de sus compañeros para cambiarse de ropa y estaba más que claro que ellos aún no estaban contentos con lo sucedido; él sólo llevaba una sudadera negra y un jean rasgado, haciéndole cuestionar a la chica si alguna vez sentía frío.

Los oscuros ojos del rubio la observaron, elevando las cejas en el momento en que se dio cuenta que ella había estado mirándolo desde hacía tiempo. Mae desvió la mirada, pero no pensó en interrumpir lo que había estado planeando decirle.

- Aún no me has dicho a dónde vamos -comentó, pero sólo una risa bufada salió de los labios del hombre. Ella apretó sus manos ante la reacción, pero se obligó a volver a observarlo.

- Sería mejor si no lo supieras -murmuró, viendo cómo los labios de Mae se fruncían llenándolo de una extraña ternura hacia la joven, una que sacudió de inmediato cuando las puertas del ascensor se abrieron en la recepción.

- ¿Qué tal si dejo de confiar en ti? -preguntó intentando desafiarlo pero sólo consiguió que otra sonrisa se esbozara de los labios de Hoseok.

Tomó su muñeca sin dudarlo arrastrándola fuera del pequeño espacio y aunque Mae tropezó un poco ante la rapidez de la acción, sólo la miró sobre su hombro. Hasta que ella le respondió sacudiéndose fuera del agarre, haciéndolo detenerse.

Su ceño estaba fruncido. El de Mae también, ambos se encontraban molestos por diferentes cosas pero tenían el mismo sentimiento de no poder dejarlo estar.

- Dije que no te dejaría sola -le respondió finalmente, pero la peli-negra sólo arrugó la nariz. Él dio un paso hacia ella-. ¿Tienes fe en tu religión? -los brazos de Mae se cruzaron sabiendo que él tenía la razón que no quería dar-. Ten fe en mi, santita.

Paseó su mirada por el piso intentando no pensar en todo lo que había pasado desde que lo había conocido: de todos modos, arrepentirse en ese mismo momento no serviría de nada, así como no iba funcionar negarse a acompañarlo. Estaba enredada con él, de igual manera.

Pudo sentir cómo una sonrisa iluminó el rostro de Hoseok cuando ella empezó a caminar hacia la salida del residencial rindiéndose. No se detuvo cuando la mano del rubio chocó contra la de ella cuando la alcanzó, pero no pudo evitar relajarse cuando llegaron a la parada del autobús y sus dedos se entrelazaron. ¿Por qué sentía tanta calma junto a alguien que sabía ponerla nerviosa? No había lógica.

Hoseok suspiró y pasó la yema de su pulgar contra el cálido dorso de la joven, viendo cómo sus mejillas se encendían e intentaba ocultar esto debajo de su pelo; la manera en que no podía controlar sus nervios lo hacía sentirse de alguna forma completo, con un arduo deseo de obtener toda su inocencia. Eso era todo lo que ella era.

La haló hacia él cuando el vehículo se detuvo frente a ellos dándole la señal de que subiera delante. Mae obedeció con un poco de duda, pero se dio cuenta de su intención cuando logró divisar un asiento vacío en una de las filas.

- ¿Tomará ese asiento, señorita? -su rostro se desfiguró cuando una señora mayor se acercó hacia ella y no tuvo de otra que negar con la cabeza, cediéndole el paso.

Colocó la mano en la barandilla sobre su cabeza y por el rabillo del ojo pudo divisar cómo el hombre negó tomando lugar a su lado.

- Ángel -susurró bajo su propio aliento, pero la peli-negra no hizo más que fruncir el ceño-. No sabes decir que no, ¿cierto?

No le respondió. A pesar de que aquello había resultado ser un lindo apodo, se sintió extrañamente ofendida. Se sujetó aún más fuerte a la barandilla y Hoseok no hizo más que sonreír ampliamente, divertido ante la escena.

Sin embargo, su rostro se volvió neutro cuando el hombro de Mae chocó contra el de un hombre desconocido, el cual, sin disimular un poco se acercó a ella con un claro propósito. La joven se removió incómoda pensando en dar más a espacio al señor y los dientes de Hoseok rechinaron en una furia fugaz que no estaba luchando por contener.

Pero fue cuando el hombre intentó abrir la boca en dirección a la chica que con brusquedad la haló hacia él, obligándola a colocarse de espaldas a sí en un intento de protegerla. Las mejillas de Mae se encendieron en carmesí por tercera vez ante el conocido calor que emanaba del cuerpo de Hoseok detrás de ella. Quiso cuestionarle, pero se vio obligada a tragarse sus palabras cuando el brazo libre del rubio rodeó su cintura y lo atrajo hacia él, haciendo fricción entre ambos.

Hoseok ojeó al ahora frustrado señor regalándole una dura mirada dejándole en claro lo que le había dejado en claro a sus socios, por igual. "Mía."

No obstante, cuando halló lugar en el hueco del cuello de la peli-negra y aspiró el olor a cereza que derrochaba de su lacio cabello, se dio cuenta de que aquel era el problema principal; el egoísmo que ella había causado en él, el juego que ella le había hecho empezar,... la razón por la cual estaban emprendiendo aquel viaje.

Pero, de todos modos, ella no sabía esto.






maratón 2/3.

quería explicarles que "chèrie" significa miel, dulce, sinónimo de mAE así como cuando dicen "mon chèrie"

solo quería que lo supieran lol

- ema.

CHÈRIE | JUNG HO SEOK.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora