021.

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Ya habría sido casi media botella para cuando se volvió inmune al ácido líquido del tequila bajando por su garganta.

Su plan de olvidarlo todo aún seguía en pie, pero no estaba funcionando en lo absoluto; el nombre de Seokjin volvió a iluminarse en la pantalla haciéndole saber que le había enviado otro mensaje, pero sólo observó cómo éste se amontonaba con los otros seis que había ignorado.

Por la hora que era, supuso que ya le habían mostrado todo; el chequeo clínico no tomaba más que media hora y explicarle lo que debía de hacer no podía haber durado más de diez minutos... Mae era lo suficiente inteligente para captar todo...

Elevó la mano hacia la bartender para pedir otra ronda con la intención de tragarse los sentimientos que empezaban a fluir a flor de piel en él, pero, tal cuando dejó de sentir el líquido, la culpabilidad junto al rostro de la peli-negra volvieron a proyectarse en su cabeza.

Hundió ambas manos desde sus sienes hasta su pelo y gruñó por lo bajo: oh, vaya idiota que era que no parecía deducir el por qué de sus insistentes ganas de alejarse de ella.

Sólo si lo hacía podía mantener quién era, porque ya ni se reconocía a sí mismo.

- Ya, chico fuerte -no se movió ni un centímetro cuando la voz de la bartender le llamó la atención-. Has tomado suficiente para dos fines de semanas.

Aunque escuchó la diversión en la voz de la pelirroja, ningún gesto acorde a sus palabras cruzó por el rostro de Hoseok, envuelto en una nube de desgracia en la cual él mismo se había subido.

De haberlo sabido antes...

- Deja la botella aquí -habló, subiendo la mirada hacia la de la chica, quien no parecía con intención de hacerle caso. El rubio chasqueó la lengua y se incorporó para tratar de quitarle la botella por sí mismo, olvidándose de que ya estaba mareado y tambaleando en el intento.

Cayó rendido en el taburete al mismo tiempo en que la chica se alejó negando con la cabeza. Bufó frustrado y se pasó una mano por la cara, restregándola.

- Joder, joder, ¡joder!

Se sintió temblar cuando expulsó aquel grito que había estado ardiendo en su garganta aún más que el alcohol. Tomó el celular con brusquedad cuando dos mensajes seguidos aparecieron en su celular, pero estos no decían lo mismo que los demás y, pertenecían a Jimin.

Los miró de soslayo, con una mano cubriendo su ojo y mejilla y la otra dándole libre paso para que pudiera leer el mensaje.

Park Min.

No está bien, te necesita.

6:21 p.m.

Alzó la vista al techo y culpó al alcohol por la irritante forma en que sus ojos empezaban a arder; cada uno de los gestos de la chica llegaron a su mente como una película que estaba siendo forzada a ver.

No quería sentir eso. No quería sentirse débil.

- Maldita sea -espetó, tomando el aparato para observar bien el otro mensaje arriesgándose a sentirse como una mierda. Aún más de lo que era.

Park Min.

Escucha, viejo... por favor ven a casa. No trates de huir de esto.

6:20 p.m.

Desbloqueó el celular por impulso sintiendo que ya no lo soportaba más, pero se vio obligado a detener cuando las fotos despistadas que había tomado de Mae aparecieron en su pantalla bloqueando su camino.

CHÈRIE | JUNG HO SEOK.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora