La uña le dolía de tanto mordérsela y ver el cuerpo inmóvil y pálido de Mae no se lo estaba poniendo más fácil; sabía, de alguna manera, que era su culpa. Pero, de nada serviría buscar un culpable cuando ambos estaban juntos en esto.
Gruñó mientras se despegaba otro pedacito de uña y apretó sus manos: ahora no sabía qué hacer. Estar en el hospital con la idea de que cualquiera podría reconocerlo o de que alguien el cual no estaba invitado podría encontrarlo allí le estaba dando una ansiedad que no le estaba dejando respirar.
Por eso, cuando la cortina de la sala de emergencias en la que se encontraban se rodó bruscamente, su corazón brincó en su pecho y se puso de pie de inmediato, frunciendo el ceño en cuanto observó la mediana figura de una chica de cabello castaño entrar. Bin.
Y ella pareció conectar sus pensamientos con los de él, quedándose totalmente pasmada y confundida en su lugar.
Su mirada recorrió a Hoseok de pies a cabeza repetidas veces, sintiéndose más extraña cada vez que pensaba en que un chico y su amiga estaban en un mismo espacio.
- ¿Tú la encontraste? -le preguntó, aún extrañada, haciendo al hombre morderse el interior de la mejilla; la mezcla de sentimientos y ansias lo hacían sentir extraño.
- Estaba con ella -susurró, intentando no ver la reacción de la castaña sabiendo que esto a ella no le agradaría. No la conocía, sin embargo, sabía muy bien quién era para Mae.
- ¿Cómo carajo ibas a estar con ella si la he dejado sola en el apartamento? -su pecho se infló cuando la voz de la joven empezó a elevarse, tratando de buscar tranquilidad y equilibro. Sacudió la cabeza y ella se acercó a él-. Ella no ha salido con chicos desde hace años -murmuró como si estuviera hablando consigo misma, pero aún así mirando profundamente a los oscuros y cansados ojos de Hoseok-. ¿Quién eres tú?
Se relamió los labios y examinó el cuerpo aún desmayado de la joven, sintiéndose extremadamente culpable por lo que estaba a punto de decir, pero, aún así, deseando que esto fuera verdad.
- Tenemos varias semanas saliendo -mintió y de inmediato las cejas de Bin se alzaron echándose un poco hacia atrás como si estuviera indignada. Hoseok volvió a mirarla y ella volvió a fruncir el ceño.
- Eres la razón por la que ha estado tan extraña últimamente -esta vez fue el turno del hombre de arquear su ceja. La castaña dejó caer su bolso y una funda de comida en la silla detrás de ella y volvió a mirarlo-. Ya no usa su cruz -aclaró.
Hoseok intentó suprimir una risa carraspeando su garganta ante el pensamiento del objeto aún en el bolsillo del pantalón en cual se lo quitó y se cruzó de brazos, manteniendo la compostura ante la interrogante mirada de la mujer.
- Te he visto antes -murmuró bajo su aliento y el rubio tomó una respiración profunda sabiendo exactamente que aquella no era la primera vez que la veía tampoco. Los ojos marrones de la chica se entrecerraron y luego su mandíbula se apretó.
Pero justo como una campana de salvación, el gruñido de Mae al despertarse los sacó a ambos del incómodo momento que habían creado, haciéndolos dirigirse directamente hacia ella.
- Hoseok...
- Mae, estoy aquí -la castaña habló con rapidez cortando el llamado de la menor y haciendo que la molestia creciera en el pecho del hombre.
De todos modos, eso no impidió que buscara su mano y la apretara consiguiendo que la peli-negra abriera los ojos lentamente pero completos. Lo primero que observó fue Hoseok, y un tembloroso jadeo salió de sus labios. Él le dio una media sonrisa para que se relajara, pero en cuanto volvió su mirada a la de Bin, su rostro se desfiguró por completo.
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CHÈRIE | JUNG HO SEOK.
FanfictionLIBRO SIETE. "-esto sólo iba a ser un juego, nada más." - leer: todas las historias de la saga antes que esta. ©clitaeris; 10/17. contenido sexua no copia parcial ni adaptación sin mi permiso.